Decenas de
vecinos y pescadores de Ribeira
de Piquín se concentraron ayer en
Chao do Pousadoiro como protesta
ante la construcción de una minicentral
hidráulica en el tramo
alto del Eo, que desviaría nueve
kilómetros el cauce fluvial del río y
reduciría su caudal actual, según
alertan los miembros de la Sociedad
de pesca O Rodeo y del CIT de
A Pontenova.
El proyecto para la construcción
de la citada presa se halla actualmente
expuesto en el Concello de
Ribeira de Piquín, a fin de que los
interesados presenten alegaciones,
una relación de quejas y sugerencias
que se antoja amplia,
ya que si bien los propios vecinos
han promovido ya campañas de
recogida de firmas en contra de tal
iniciativa, los colectivos de pescadores
trabajan en la elaboración
de un sólido informe técnico que
eche por tierra las pretensiones de
variar la senda fluvial del Eo para
levantar una minicentral hidráulica
en terrenos incluidos en la
reserva de la biosfera.
La solicitud del proyecto que ya
ha empezado a tramitar la Confederación
Hidrográfica del Cantábrico
parece hallar sus fundamentos
legales en una concesión
de aguas otorgada en 1920 y cuyos
derechos, pasado ya casi un siglo,
vuelven a estar en posesión de una
misma persona que no rehúsa sacarles
rentabilidad.
La escasa y confusa información
que ha transcendido sobre el
interés último y la autoría de tal
iniciativa aún genera más controversia
en un pueblo que tiene en el
Eo y en su población piscícola un
emblema que se resiste a perder.
proyecto. La propuesta contempla
desviar el cauce fluvial a través
de túneles y sendas artificiales
desde la Ponte de Mende hasta las
inmediaciones del coto de Vilarmide,
ya en el municipio de A
Pontenova, donde se restituiría
el agua al río. El caudal máximo
a derivar sería de 9.940 litros por
segundo, según refleja el expediente
del proyecto y refrendaron
pescadores de la Sociedad O Rodeo,
que indicaron que la potencia
eléctrica máxima que permite la
licencia de la presa sería de 3.929
kilowatios.
El azud o máquina hidráulica
que permitiría derivar el agua del
cauce del Eo se instalaría unos 40
metros más abajo de la confluencia
de los ríos Eo y Rodil, tendría
una longitud de 26 metros e iría
provisto de una escala de peces. La
conducción del agua se derivaría
por la ladera derecha del río, un
trazado de casi nueve kilómetros
de distancia, de los que 2.245 metros
obedecerían a los cinco túneles
previstos inicialmente en esta
actuación.
La cámara de carga se localizaría
en Mende y tendría unas
dimensiones en planta de 12,03
por 6,50 metros, iría construida
en hormigón armado y estaría conectada
con dos tuberías subterráneas
con el edificio que albergaría
la central hidráulica, que también
estará emplazado en Mende y que
albergaría los equipos electromecánicos
precisos para el funcionamiento
de esta presa.
Así las cosas y con una población
predispuesta a impedir la
ejecución de esta minicentral
hidráulica, pescadores y vecinos
confían en que sus alegaciones al
estudio de impacto ambiental den
el fruto esperado y supongan el final
de un proyecto que tampoco
respalda el propio alcalde de Ribeira
de Piquín, Sabino Díaz, quien
sentenció que «a miña función é
a de estar sempre a carón dos veciños
e neste caso tamén vou estar
da súa parte».
Preguntado por los daños mediombientales
derivados de la
ejecución de este proyecto, Díaz
no quiso entrar a hacer valoración
alguna, aunque sí dejó entrever
su preocupación por la supuesta
reducción de caudal natural que
arrastra el río Eo. Así, comentó
que «se o proxecto só contempla
que polo cauce natural do río discurra
nada máis que o chamado
caudal ecolóxico —un 15% del
agua— coido que o tramo fluvial
afectado quedaría sen auga nalgunhas
épocas do ano e tamén
desaparecería a súa poboación
piscícola, o que non é bo para os
pescadores nin para ninguén».
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