Un incendiario atemoriza desde hace días a Vilameá,
un pequeño núcleo de población situado a un par de kilómetros del casco
urbano de A Pontenova. Los vecinos se muestran recelosos y callan sus
sospechas: «Non vou dicir nada... porque non sei nada de nada, nin teño idea de quen pode ser o autor dos lumes», dice uno de ellos, amparándose en el anonimato.
La Guardia Civil tiene en marcha las pesquisas,
pero los precedentes no son precisamente halagüeños: en Saldoira, hace
años se produjeron varios incendios en una vivienda y en el centro
social que quedaron impunes.
Lo que sí se hace en Vilameá es atar cabos. Con los
últimos fuegos en un pajar y en un alpendre se relacionan ahora varios
conatos producidos en montes, que por fortuna logró apagar uno de los
trabajadores de Protección Civil. «Tal e como están as cousas non se pode durmir tranquilo, porque así e todo...», asegura otro vecino. Y añade: «Pero durmir hai que durmir».