Una anciana del lugar de Galegos, en el municipio de Riotorto, pasaba hasta doce horas a la intemperie y sin comer porque uno de sus hijos la sacaba de casa cuando se marchaba a trabajar, la dejaba sin llaves y no podía entrar en casa hasta la noche cuando su progenitor volvía. Éste fue juzgado ayer, acusado de los dos delitos de malos tratos y aceptó la pena que previamente pactaron su abogado y el fiscal. El imputado es A.F.F., de 34 años que, según el fiscal, padece una discapacidad.
Sigue leyendo...
De acuerdo con la acusación pública, entre el 5 y el 11 de mayo de 2006, el acusado mostró una actitud agresiva hacia su madre y acabó tirándola al suelo cuando ambos se encontraban en el domicilio familiar. Como consecuencia de la acometida, la anciana sufrió una contusión en el brazo izquierdo. Curó sin secuelas a los siete días, de acuerdo con el informe elaborado por los forenses.
Además de lo relatado, el acusado mantenía con su madre una actitud continuada de acoso físico y psicológico. A las siete de la mañana, cuando se iba a trabajar, cerraba la puerta de la casa con llave y dejaba a su anciana madre a merced de las inclemencias atmosféricas y sin comer hasta que él regresaba por la noche. Era en ese momento cuando le abría la puerta de la casa y la dejaba entrar de nuevo.
Las condenas
El fiscal consideró que el comportamiento de A.F.F. era constitutivo de dos delitos de malos tratos, uno de carácter habitual y otro no habituales. En el primer caso solicitaba inicialmente cinco meses de prisión y la prohibición de aproximarse a su madre a una distancia inferior a doscientos metros durante un plazo de dos años.
Por el delito de malos tratos habituales le pedía un año y nueve meses de prisión y la prohibición de acercamiento de tres años. Ayer, tras el acuerdo previo alcanzado entre el fiscal y el abogado, por el primer delito aceptó siete meses y quince días de prisión y por el segundo, un año. Se mantiene la medida de alejamiento durante cinco años.
Ingresada en un centro
Como consecuencia de estos hechos, la anciana fue ingresada en un centro de la tercera edad de A Pastoriza donde, según informaron en Galegos, se encuentra actualmente. El ingreso, según dijeron, lo tramitó otro de sus hijos tras tener constancia de lo que le estaba sucediendo, según las informaciones vecinales.
El fiscal, a la hora de efectuar una rebaja en la solicitud de la pena que planteaba inicialmente, tuvo en cuenta las condiciones en las que se encuentra el acusado. Su discapacidad le afecta de forma parcial a sus facultades intelectivas y volitivas, con un déficit de comprensión y con dificultades de autocontrol que hace que tenga comportamientos impulsivos.
La pena que aceptó ayer el imputado en el Juzgado de lo Penal número 1 de Lugo lleva implícito la privación del derecho a la tenencia y porte de armas por un plazo de cinco años.
Diversos especialistas indicaron que el nivel de malos tratos a ancianos era tan destacado como el que afecta a mujeres, sin embargo apenas llegan casos a los juzgados. El de ayer es uno de los pocos que se celebraron en los últimos meses.
Los mismos expertos dijeron que resultaba muy difícil, en la mayor parte de las ocasiones determinar los malos tratos a ancianos porque éstos no tenían capacidad para presentar denuncia. Sólo en contadas ocasiones son detectadas situaciones anómalas por parte de los servicios sociales de los concellos.
Se dan casos de ancianos que reciben maltrato psicológico por parte de sus familiares.
VOLVER
