El santuario del San Pedro Fiz, en A Pontenova, volvió a congregar a cientos de fieles a pesar de la lluvia.
LA ROMERÍA del San Pedro Fiz
en A Pontenova volvió a llenar este
concurrido santuario un año más
de devotos, a pesar de que el tiempo
no acompañó, ya que la llovizna
y la niebla persistieron durante
toda la jornada.
El goteo de gente
que sube hasta el santo andando,
a caballo, en bicicleta o en coche
fue constante a lo largo de toda
la mañana para asistir a alguna
de las misas que se celebraron durante
la mañana y para cumplir
con el ritual de beber agua en la
fuente que se encuentra en las
inmediaciones de la capilla —un
manantial del que aseguran que
entre otros males cura las verrugas—.
Una vez terminada la parte
religiosa empezó la más lúdica con
muchos grupos de amigos y familias,
entre las que se encontraban
algunos alcaldes de la comarca,
disfrutando de la comida bajo toldos
que evitaban la lluvia y de la
música de los gaiteiros de Arrincadeira
y del dúo Armonía. La fiesta
duró toda la tarde y, a pesar de ser
domingo, fueron muchos los romeros
que aguantaron hasta bien
entrada la noche.
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