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Foto de Carlos Florentino para pontenova.es |
El municipio de A Pontenova se encastra en una zona a mitad de
camino entre la zona montañosa que lo emparenta ya con A Fonsagrada o
Ribeira de Piquín, y la corriente del río Eo que baja mansamente hacia
aguas más tranquilas ya cerca de su desembocadura en forma de ría en
Abres. Durante años fue un municipio bastante olvidado y prácticamente
conocido exclusivamente por su generoso río que atraía a cañistas desde
la época en la que el dictador Francisco Franco gustaba de pescar por la
zona.
Pero todo se acaba. Los tiempos cambian y nadie acierta a saber
con seguridad qué les sucede a las truchas y salmones o, al menos, cómo
hacerlas volver. Así que en A Pontenova se van abriendo camino con paso
firme planteando una serie de alternativas que resultan muy atractivas
para quienes recelan de unas vacaciones basadas exclusivamente en la
fórmula de sol y playa.
El río Eo, desde luego, sigue siendo un referente para la
localidad. Está unido a A Pontenova de una forma inexorable, y encima
ahora dejó de ser un enemigo potencial gracias al encauzamiento del
mismo que hizo que las inundaciones queden ya para siempre en aventuras
del pasado.
Cada primer domingo de mayo se celebra la Festa da Troita. La
organiza el CIT y goza de una enorme popularidad. Aunque es una fiesta
para pescadores, siempre se celebran unas fiestas paralelamente para
hacer participes a los vecinos de uno de los eventos que le da fama al
pueblo.
El río es además el punto al que cada vez más colectivos de
todo tipo recurren para organizar algunas jornadas de disfrute a la
sombra de sus orillas y para refrescarse en sus aguas. Entornos como el
Pozo da Ola o la posibilidad de descenderlo utilizando artilugios de lo
más variado, aunque siempre previo aviso, es una diversión veraniega que
va ganando adeptos con el paso de los años.
En los últimos años, A Pontenova también está siendo
redescubierta por los practicantes del senderismo. No es para menos. En
muchas de sus zonas interiores alberga rincones que son auténticos
tesoros en medio de un entorno completamente dominado por el eucalipto,
sobre todo en la zona gallega.
Todo comenzó con el acondicionamiento que el Ayuntamiento hizo
en su día de la vía del tren minero. Fue el primer municipio que lo
consiguió recuperando el recorrido del ferrocarril que conectaba las
minas de Vilaoudriz con la zona de O Cargadeiro en Ribadeo.
A partir de ahí, se fueron abriendo nuevos recorridos por otras
zonas y todavía el Concello lucha por poner en valor una de sus zonas
más prometedoras en este campo, como es la de Bogo. Allí existe una
vieja ferrería. Repetidamente trató de importarse el método de trabajo
del vecino municipio de Taramundi, pero por el momento los resultados
alcanzados no son los deseados, aunque el potencial sigue estando ahí y
los visitantes de la zona quedan siempre asombrados de la naturaleza
virgen de la zona.
Otro aspecto que no hay que despreciar en A Pontenova y que no
se debe dejar nunca de hacer es una visita a la vecina localidad de
Conforto.
Marca el límite con la primera parroquia de Taramundi, y guarda
un entorno prácticamente mágico. Allí hay un templo que atesoraba tal
cantidad de riquezas que fue necesario crear un museo para poder
albergarlas de forma que se pudieran exponer al público.
LEYENDA
Solo la contemplación de la iglesia de la zona en si misma ya
merece la pena. El observador curioso verá que parece construida del
revés y lo explica una leyenda que cuenta que durante su construcción
colocaban a la Virgen en lo que querían que fuese el altar y al día
siguiente su efigie aparecía en lugar opuesto. Ante la insistencia,
decidieron girar el templo, en el que se pueden ver gárgolas del estilo
de las de Notre Damme.
Justo al lado, mana una fuente de aguas cristalinas con fama de
milagrosa en la que hay un árbol en la que se pueden dejar anudados los
deseos. El mejor, que la gente visite todo esto.
ATRACTIVOS
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PESCA ♦ La Festa da Troita
La Festa da Troita es un auténtico emblema del
municipio de A Pontenova. Se celebra siempre cada primer domingo de mayo
y a la localidad llegan cañistas de varias comunidades autónomas para
probar suerte en una jornada ya clásica.
SENDERISMO ♦ Una afición en auge
A Pontenova es un municipio ideal para la práctica
del senderismo, una afición a mitad de camino entre el entretenimiento y
el deporte que va a más. Actualmente, ya se puede usar la vía del
antiguo tren minero para practicarlo
ARTESANÍA ♦ Una feria que crece
A Pontenova celebra desde hace unos años una feria
de artesanía que sirve para exponer a vecinos y visitantes una tradición
en el municipio, la de los oficios que ya casi desaparecen. En este
caso, la feria debe afianzarse.
CONFORTO ♦ La tradición más popular
La parroquia de Conforto es una delicia en si
misma. Pero además cada septiembre acoge una romería que sigue teniendo
una gran tradición popular que arrastra creencias ancestrales, como el
árbol donde se cuelgan los pañuelos.
RÍO EO ♦ Un espacio para disfrutar
El río Eo es una maravilla en sus tramos más altos,
y en A Pontenova ofrece algunas zonas hábiles para disfrutarlo aún más
de lo habitual. Anualmente se hace un descenso que resulta de lo más
curioso y de lo más divertido.
OS FORNOS ♦ El emblema de la localidad
La plaza de Os Fornos es el emblema de la
localidad. Significa el pasado minero del pueblo y eran los hornos de
fundición del mineral que luego se transportaba a Ribadeo. Su plaza está
recuperada y es usada para todo tipo de actos públicos.
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P. V. / El Progreso (A Pontenova)