Dos jubilados, una mujer de A Pontenova y un vecino de A Fonsagrada, se han convertido en los primeros usuarios de la vivienda comunitaria de A Pontenova. Se trata de Rosario y José, que desde el lunes, cuando entraron en el piso, no han dejado de recibir visitas de familiares y amigos. Ambos se mostraban ayer encantados con el trato que les dispensan y con su nueva situación. Al parecer se han adaptado sin ningún problema.
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En la vivienda comunitaria de A Pontenova están atendidos por personal de la Xunta desde las ocho y media de la mañana hasta las nueve y media de la noche. Si quieren salir a otras horas les entregan una llave. Pero es un caso que no se ha dado de momento, en gran medida por estar en plena temporada invernal.
A Rosario y José les preparan el desayuno, la comida, la merienda y la cena. También les planchan y lavan la ropa, y les limpian las habitaciones y los baños. Todo ello a cambio de una parte proporcional de su pensión.
En la vivienda comunitaria de A Pontenova hay veinte plazas disponibles. Por ahora solo hay dos ocupadas, pero en los próximos días previsiblemente se sumarán dos usuarios más: vecinos de Trabada y A Pontenova, cuyas solicitudes fueron valoradas ayer.
La directora del centro explicó que, una vez roto el hielo que ha supuesto la novedad de este servicio, poco a poco va aumentando el interés. Y es que en A Pontenova y Trabada no había hasta ahora ningún centro de la tercera edad, vivienda comunitaria o similares.
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