Tras fracasar la subasta de los bienes de la empresa y con sus 30 empleados en el paro, ha sido adquirida por 350.000 euros
La histórica fábrica de vehículos especiales IPV
de A Pontenova, que este año cumpliría medio siglo de existencia,
volverá a producir, ya que ha sido adquirida por la filial española de
un grupo internacional que desarrolla parte de su actividad en
Venezuela. Desde un principio se había apuntado a un posible comprador
de ese país, por los contactos comerciales que entabló IPV en los
últimos años con Venezuela, de donde recibió varios encargos, por
ejemplo, para el metro de Caracas. Sin embargo, esta posibilidad no
fructificó y la liquidación de la empresa concluyó con los 30 empleados
en paro y con un fracaso rotundo en la subasta de los bienes, en donde
solo se logró vender una furgoneta.
El 21 de marzo todos los activos de IPV,
incluyendo las propiedades inmobiliarias, los vehículos, la maquinaria,
las herramientas e incluso las patentes de los todoterreno que fabricaba
salieron a subasta en el Mercantil de Lugo, divididos en lotes, por un
montante total de 3.680.091 euros. De haberse recaudado todo el dinero
tampoco se habría cubierto la deuda que tiene IPV, que ronda los 5,5
millones.
Autorización judicial
Ahora la adquisición de todo ello, que ya ha sido
aceptada por los administradores judiciales y autorizada por el
juzgado, se ha cerrado por 350.000 euros y con el compromiso, según las
fuentes consultadas, de ir incorporando poco a poco al personal de la
antigua IPV, conforme haya carga de trabajo. La fábrica producirá bajo
una nueva razón social y mantendrá la misma producción de vehículos
especiales. Al parecer, hay buenas expectativas para exportar a
Venezuela.
De momento apenas hay información sobre la
reciente compra, aunque desde hace unos días por A Pontenova circulaban
rumores en ese sentido.
IPV estaba participada en un 40% por Xesgalicia,
una sociedad de capital riesgo de la Xunta que inyectó dinero hace años a
la fábrica para evitar, ya entonces, su cierre. Otro 53% del
accionariado correspondía a Equipamientos Europeos, que formaban
Xesgalicia y Argabi.
Pero con la crisis y sin pedidos de la
administración, con más sombras que luces los intentos de reflotar IPV
fracasaron, hasta llegar al momento actual y la liquidación, en que
definitivamente se dio por cerrada y desaparecida. Sin embargo, la
fábrica pontenovesa volverá a producir vehículos, aunque bajo otra razón
social y quizás otro nombre. Era la última esperanza de los
trabajadores.