Hoy vamos a darnos un pequeño paseo en tren y conocer algo mas acerca de Taramundi.
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A Pontenova y el tren
En el año 1905 se inauguró una línea de ferrocarril que desde Vilaoudriz transportaba a Ribadeo los minerales extraídos de las minas de limonita. El tren minero descendía paralelo al río Eo en un trayecto de 34 Km., haciendo llegar al puerto de Ribadeo los minerales de las minas de Vilaoudriz, aunque el tren también era utilizado como transporte de viajeros.
En 1964 minas y ferrocarril se clausuraron, conservándose los altos hornos como Parque Etnográfico y testigo presente de la gran importancia histórica de la actividad minera en estas tierras. Desde el área de ocio de los hornos de limonita, en la orilla del río Eo, se puede recrear el recorrido del camino de hierro Vilaoudriz-Ribadeo siguiendo el trazo de la antigua vía, hoy convertida en Ruta Verde.
La tradición hierro metalúrgica de A Pontenova se terminó en todo caso en tiempos más anteriores; las herrerías de Bogo y las de Taramundi son las más importantes de Galicia, trabajando constantemente desde el siglo XVIII. Pervive de esta actividad manufacturera la artesanía de cuchillos de Pontenova, de gran calidad y belleza. Otro aspecto de la vocación industrial de la comarca es la fábrica de carrocetas IPV, la genuina camioneta gallega todo-terreno.
ALREDEDORES DE A PONTENOVA (MUSEOS ETNOGRÁFICOS Y TARAMUNDI)
Muy cerca de A Pontenova, ya en territorio asturiano, se encuentra Taramundi. Aquí encontramos, aparte de un impresionante paisaje de montaña que ya justifica la excursión, tres museos etnográficos de gran interés. El primero que encontramos partiendo del pueblo es el de Mazonovo, un fantástico viaje a través de la historia de los molinos y de su evolución desde simples piedras de molienda a generadores eléctricos.
Para llegar a Taramundi desde Galicia lo mas cómodo es ir por A Pontenova y desde allí hay 7 Km. Desde Lugo hay buena carretera y desde A Coruña lo más fácil es ir a Baamonde por la Autovía y desde allí hasta Vilanova de Lorenzana muy cerca ya de A Pontenova. Una vez en Taramundi esta perfectamente señalizados los conjuntos etnográficos. El primero que encontraremos, a menos de un kilómetro, es este de Mazonovo.
Después de Mazonovo, descrito anteriormente, el segundo museo de Taramundi es el del caserío de Os Teixois. Esta a unos 4 Km. de distancia y además de poder ver en funcionamiento un machuco, un molino, una rueda de afilar, una central eléctrica y un batan, podemos disfrutar de un hermoso paseo por el entorno, por el caserío asturiano y disfrutar de unas estupendas viandas en el merendero donde se paga la entrada al conjunto. Los molinos y las centrales eléctricas ya las hemos descrito en el articulo dedicado a Mazonovo, por lo que nos centraremos en el mazo o machuco y en el molino de batan.
A partir del siglo XVI y hasta el XVIII se desarrolla en la zona comprendida entre Galicia y Asturias la industria de la forja. La presencia del mineral de hierro, los ríos de buen caudal y la madera de los bosques animo, a gentes venidas de Vizcaya, a establecerse en la zona y explotar estos recursos. La presencia de estas instalaciones la atestigua el Catastro del Marqués de la Ensenada que asigna 6 mazos de espalmar hierro en el concello de Taramundi.
Ruta A Pontenova.
Durante la primera mitad del siglo XX un tren transportaba el hierro extraído en las minas de Sarredo y Boulloso, en Pontenova-Vilaodriz, hasta Ribadeo, donde era embarcado. La vía discurría por el valle del Eo, atravesando la frontera de Galicia y Asturias, y dejó de funcionar hace unos cuarenta años. Pese al cese de la actividad metalúrgica, de la que dan testimonio los hornos que identifican A Pontenova, la vía antes usada por el tren siguió en uso, como comunicación entre las parroquias de la zona.
La ruta que proponemos discurre por el trazado original del ferrocarril. No tema, pues, el caminante, pendientes pronunciadas, sino un suave discurrir de unos seis kilómetros escasos hasta la boca del primer túnel, ya en territorio asturiano. Flanquea el camino una densa vegetación en la que abundan las especies de ribera y manzanos silvestres. El río es visible desde gran parte del recorrido y en algunos puntos se pueden encontrar bancos para sentarse y una fuente, alimentada por el manantial empleado hace tiempo en la actividad minera. Otros restos del esplendor minero de la zona son otro horno y las entradas a las galerías, visibles desde el camino.
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