Más de un centenar de intrépidos navegantes participaron en el Baixeo, el descenso del río Eo que organiza cada verano la Asociación Cultural e Deportiva Albións, de A Pontenova. Esta prueba, no competitiva, se desarrolló sin problemas, a pesar del bajo caudal del río. Decenas de curiosos siguieron la divertida marcha desde la orilla, en distintos puntos del cauce fluvial.
Neumáticos, lanchas de fabricación casera... Cualquier artefacto es válido para sumarse al Baixeo, siempre que consiga mantenerse a flote. La ruta partió de Piagaponte para culminar en el Pozo da Ola. Allí, en la nueva área recreativa, aprovecharon para reponer energías después del esfuerzo del descenso. Qué mejor para recuperar las fuerzas que una degustación de faragullos, dado su alto valor energético. Se trata de un alimento típico de A Pontenova, sobre todo en otros tiempos.
Los faragullos se elaboran con harina de trigo o maíz, que puede acompañarse con torreznos, leche, miel, azúcar o cualquier otro ingrediente. «Desde xeito Albións quere facer honra a este humilde alimento, que tanto e tan ben contribuíu á mantenza dos nosos veciños», destacan desde la organización, satisfechos por la jornada.
La Voz de Galicia
Ver articulo del Progreso aqui.
La asociación cultural y deportiva pontenovesa Albións
consiguió un nuevo éxito de participación en una de las citas más
pintorescas de la comarca, la del descenso del río Eo a bordo de todo
tipo de embarcaciones improvisadas, sobre todo, de neumáticos. Más de
120 participantes acudieron ayer por la mañana al denominado Baixeo, a
pesar de la amenaza de lluvia, y recorrieron el tramo fluvial que
discurre entre Piagaponte y el Pozo da Ola, desde las diez y media de la
mañana, hora en la que zarpó la comitiva, hasta las dos y media de la
tarde, cuando los marineros de agua dulce que asistieron al encuentro
pudieron reponer fuerzas con los ‘faragullos’, la comida típica del
municipio.
De hecho, la de ayer fue la duodécima edición del Gran Faragulleo, que como señalaron miembros de Albións, estuvo «aberto ó público na Praza dos Fornos, a un módico prezo». De esta forma, A Pontenova aprovecha para dar a conocer uno de sus productos gastronómicos más característicos, que antaño era propio de cenas y meriendas, y que acabó siendo un postre con un mezcla especial entre lo dulce y lo salado.
Los pontenoveses lo cocinan empleando agua, leche, harina de trigo gallego, huevos y sal; posteriormente, la masa se fríe en sartenes de hierro, trabajándola con la espumadera para que quede en trozos pequeños, que son los faragullos, y finalmente, cada uno los acompaña con lo que le apetezca, por ejemplo, con miel, como le gustaban a Cunqueiro, o más conmúnmente con tocino.
A pesar de lo improvisado de las embarcaciones, a las que sólo se les exige que permanezcan a flote, el Baixeo, cuya organización cuenta con el apoyo del Concello, estuvo exento de accidentes.
I.G. / M.N. / El Progreso (A Mariña)
Ver articulo del Progreso aqui.
Más de un centenar de personas descendieron el río Eo ''sobre rodas''
De hecho, la de ayer fue la duodécima edición del Gran Faragulleo, que como señalaron miembros de Albións, estuvo «aberto ó público na Praza dos Fornos, a un módico prezo». De esta forma, A Pontenova aprovecha para dar a conocer uno de sus productos gastronómicos más característicos, que antaño era propio de cenas y meriendas, y que acabó siendo un postre con un mezcla especial entre lo dulce y lo salado.
Los pontenoveses lo cocinan empleando agua, leche, harina de trigo gallego, huevos y sal; posteriormente, la masa se fríe en sartenes de hierro, trabajándola con la espumadera para que quede en trozos pequeños, que son los faragullos, y finalmente, cada uno los acompaña con lo que le apetezca, por ejemplo, con miel, como le gustaban a Cunqueiro, o más conmúnmente con tocino.
A pesar de lo improvisado de las embarcaciones, a las que sólo se les exige que permanezcan a flote, el Baixeo, cuya organización cuenta con el apoyo del Concello, estuvo exento de accidentes.
I.G. / M.N. / El Progreso (A Mariña)