Jesús González Margaride es un lucense de A Pontenova convertido en gloria del atletismo gallego. «De neno chamábanme Tito, non sei por que, e logo no mundo do deporte tamén me bautizaron como Tito Margaride», explica. En 1992, cuando estaba en su mejor momento, una trombosis truncó su trayectoria, pero no se rindió y pudo continuar su carrera como paralímpico, aumentando su palmarés de triunfos y trofeos. Ahora sigue haciendo deporte en la medida de sus posibilidades y tiene el honor de haber marcado una pauta en su tierra natal y en su familia, en la que en diferentes grados, todos los miembros lo practican o lo hicieron en alguna etapa.
Tito comenzó a correr con 12 o 13 años cuando cursaba EGB. El traumatólogo Mariano Castiñeira, que por entonces era médico del centro de salud de A Pontenova, vio en el unas excelentes condiciones para ese deporte y lo animó a seguir, prestándole un asesoramiento e iniciando una colaboración que ya no se interrumpiría. «Supoño que se fixou en que naquelas primeiras carreiras, a pesar de que non me entrenaba, acadei boas clasificacións», recuerda el atleta.
Cuando dejó el colegio estuvo un año en el Seminario de Lugo antes de pasar al Instituto Lucus Augusti. De la mano de Castiñeira, los domingos por la mañana se entrenaba en la huerta, restándole horas a la única jornada que tenían libre. Sus registros fueron mejorando y paralelamente su medallero particular iba aumentando. «Non levo conta dos trofeos que teño e cada vez vanme quedando máis esquecidos», comenta.
Salir fuera para mejorar
Lugo era una provincia fuerte en atletas pero débil en medios económicos para promocionarlos hasta el nivel más alto. A Tito se le quedó pequeño el nido y llegó un momento en que levantó vuelo y se posó en clubes de Vigo y Pontevedra, que podían pagar a sus atletas y enviarlos a competiciones importantes. Con todo, la fortuna que alcanzó Tito marchándose a Vigo fue una ficha de 100.000 pesetas por la temporada (600 euros), que para un chico joven era una cantidad importante. En Lugo perteneció al Lucus, becado por la Diputación y en la temporada 91-92 estuvo en la Gimnástica de Pontevedra, que era un club fuerte.
Tras los problemas de salud del 92, todavía siguió compitiendo otros seis años como paralímpico. En su nueva etapa quedó finalista en 5.000 metros en los juegos de Atlanta, fue medalla de bronce en Sídney y ganó el campeonato del mundo.
Ahora dice que hace deporte porque le sigue gustando pero también por imperativo médico. Practica la natación, el ciclismo y camina. Además, sigue en contacto diario con ese mundo a través del Pazo dos Deportes, en el que trabaja, y de su propia familia. Del atletismo destaca que de momento no se presta tanto a las componendas porque, dice, en el fútbol un buen jugador tiene que tener suerte, ya que incluso un árbitro lo puede anular.
A pesar de que su mujer, Teresa Carballada, nunca se dedicó profesionalmente a la competición, sí practicó el atletismo, lo mismo que sus dos hijos, Miguel y Ana González Carballada. La hija corre de forma esporádica y por pura afición, porque está estudiando en Santiago y no tiene tiempo, pero Miguel se proclamó este año campeón gallego infantil en la modalidad de 2.000 metros en pista cubierta, consiguiendo el récord con un tiempo de seis minutos y trece segundos.
Buenos genes
Pese a que no se pronuncia explícitamente, a Tito le gusta que su hijo haga atletismo porque, como ya demostró, también tiene muy buenas condiciones. El problema radica en que a la vez juega a fútbol y le gusta más, por lo que posiblemente se acabe imponiendo. El padre lo atribuye a una cuestión de carácter: «o atletismo é un deporte solitario e o chaval é máis extravertido, como a nai, e o fútbol resultalle máis entretenido, e a filla é máis tímida, coma min».
Pero en el aspecto deportivo Tito Margaride no solamente influyó en sus hijos sino que lo hizo en su padre. Pese a su vocación tardía, llegó a ocupar el segundo puesto de Galicia en la modalidad de mayores de 60 años. También al padre de Tito lo animó a hacer deporte Mariano Castiñeira.
Fuente: La Voz de Galicia
VOLVER A PONTENOVA.ES