El arenal sadense recibió la calificación B, lo que significa que, de acuerdo con los criterios comunitarios, estuvo cerrada o prohibida para el baño durante el pasado año. Lo chocante, sin embargo, es que esta valoración negativa no la ha recibido por la mala calidad de sus aguas, que no ha monitorizado, sino porque el acceso a la zona ofrecía riesgos para la seguridad.
Tiene, según la UE, un «camino abrupto, derrumbes de montaña y otras limitaciones geográficas». Esta supuesta inaccesibilidad es la que ha impedido a los inspectores realizar los análisis, pese a que el Ayuntamiento de Sada sí la había incluido en el programa europeo de seguimiento y monitorización.
«A praia leva así de toda a vida, e no 2008 si poideron acceder para facer os análisis cando o areal estaba igual», se lamenta el concejal del área en el Ayuntamiento de Sada, José Garrote. El edil también asegura que la pequeña cala en ningún momento se cerró al baño, pese a lo que asegura la UE en su informe. «Pechada -dijo- nunca estivo nin está, porque non houbo nin hai ningunha razón para elo. Pecharíase se houbera algún risco para a saúde, pero non é o caso».
La otra playa española cerrada al baño fue la de Bocabarranco, en Las Palmas, aunque en este caso sí lo fue por razones sanitarias a causa de la mala calidad del agua. En España se cerraron el verano pasado otros cinco arenales, uno menos que en el 2008, aunque en este caso se trata de aguas interiores situadas en ríos o lagos. En estas áreas, la Unión Europea detectó el pasado año en toda España seis tramos que no cumplían con los requisitos mínimos exigidos por la legislación. Dos de ellos se encuentran en Galicia. Se trata de un sector del río Eiroa en Os Blancos (Ourense) y de otro del Eo a su paso por Pontenova (Lugo).
Puntos negros
En el conjunto de España, el examen comunitario detectó el pasado año un total de 22 puntos negros, tanto en aguas costeras como interiores. En quince casos no se cumplían con los requisitos mínimos de calidad, mientras que otros siete (dos arenales y espacios de río) tuvieron que clausurarse por problemas mayores.
A nivel europeo, la revisión comunitaria indica que el 96% de las zonas de baño costeras y el 90% de la de los ríos y los lagos cumplieron el pasado año con los requisitos mínimos de calidad exigidos por la legislación. España supera la media comunitaria, con un 98,6% de aguas costeras que reúnen la calidad mínima exigida. Estos datos, sin embargo, son peores que los del pasado año, en los que España había conseguido certificar la buena calidad del 99,4% de sus aguas de baño.
Otro baremo es el de la máxima calidad de las aguas, que reciben una calificación de excelente. En este apartado, España ha experimentado un repunte, ya que prácticamente el 90% de sus zonas de baño, tanto interiores como costeras, han obtenido esta valoración.
Por debajo de la media
Galicia baja con respecto a la media española, ya que solo en torno a un 80% de sus aguas han logrado la calificación de excelente. Este dato, sin embargo, debe contextualizarse, ya que la comunidad gallega es, con mucha diferencia, la que somete a los análisis de la Unión Europea un mayor número de zonas de baño.
Los inspectores comunitarios han realizado análisis en 545 puntos de Galicia, por los 2.117 efectuados en toda España, lo que significa que uno de cada cuatro puntos de control (el 25%) corresponden a la comunidad gallega.
