Como viene siendo habitual, los equipos de los Grupos municipales de intervención rápida (Grumir) de A Mariña quedarán desmantelados durante unos meses del año. El problema en esta ocasión es que coincide en pleno invierno, lo que ha provocado quejas de algunos alcaldes pues sostienen que es cuando más incidencias se producen, en gran medida debido a los temporales. Los Grumir de A Mariña quedarán reducidos en el mejor de los casos a los jefes de equipo, el personal estable y algún auxiliar. En estos casos, los Ayuntamientos adelantarán sus salarios en tanto la Xunta no convoque las nuevas subvenciones, con la esperanza de que después les abone el dinero.
El
Grumir de A Pontenova, con 12 peones y tres capataces, ya no está
operativo. El Concello, según explicó el alcalde, Darío Campos,
convocará ahora las plazas de los tres capataces. En Ribadeo los 12
contratos concluyen en el viernes y ninguno se prolongará. El día 25
será cuando en Mondoñedo finalicen los contratos de los nueve peones y
de los tres capataces del Grumir. El concejal Modesto Díaz criticaba
ayer con dureza a la Xunta: «Reducen a axuda, de nove a seis meses, e
aínda por enriba quedámonos sen o Grumir cando máis falta fai, como se
veu co temporal». En Burela el alcalde, Alfredo Llano, confirmó que
solo se mantendrán los tres capataces. En Cervo el regidor, Alfonso
Villares, anunció que pedirá a la Diputación que sufrague los contratos
en tanto no llega la subvención del gobierno autónomo.
Hasta
que la Xunta convoque las nuevas ayudas y se realicen los procesos de
selección de personal -lo que se calcula que no será antes de finales
de marzo- las plantillas de los Grumir de A Mariña se reducirán en unas
sesenta personas.
Los concellos se quedan al mínimo en emergencias al acabarse contratos
La continuidad del Grumir parece segura este año, pero tardará unos dos meses en materializarse
Los
servicios de emergencias de los concellos, prestados en cada uno de
ellos por los miembros del Grupo municipal de intervención rápida, se
quedan estos días con un número de miembros muy inferior al que tenían
en estos últimos meses. La conclusión de los contratos temporales de
buena parte de los trabajadores deja el servicio exclusivamente en
manos de los que tienen contrato indefinido: en casos como Guitiriz,
Sarria o Vilalba, por ejemplo,, la cifra se reduce de 15 a tres.
La
continuidad parece, en principio, garantizada, según fuentes
consultadas ayer. Incluso el grupo popular en el Parlamento gallego dio
por seguro ese mantenimiento: el diputado lucense José Manuel Balseiro
explicó, citando una entrevista mantenida con el director xeral de
Emerxencias e Interior, que seguirían funcionando en las mismas
condiciones, en los mismos municipios y con el mismo personal que en el
año pasado, en el que la continuidad fue decidida por el anterior
gobierno autonómico.
De todos modos, esa
continuidad no supone una prórroga automática del servicio sino que el
proceso debe de seguir unos trámites de contratación. Según fuentes
consultadas ayer, pueden pasar al menos unos dos meses hasta que los
grupos municipales vuelvan a contar con los efectivos que tenían cuando
trabajaban con todos sus efectivos.
Fechas distintas
La
fecha de extinción de los contratos varía de unos municipios a otros:
por ejemplo, en Guitiriz concluyeron a principios de este mes, y en
Vilalba lo harán en próximos días. Así las cosas, el personal fijo que
sigue en los grupos reparte el horario en turnos, de modo que unos días
hay dos personas y otros tres.
En estos días
pasados, en los que el mal tiempo causó numerosos problemas , el Grumir
guitiricense ya estaba con personal reducido, aunque tuvo la ayuda de
voluntarios de Protección Civil para retirar vehículos atascados en
pistas o para esparcir sal en vías públicas. Además, los tres
trabajadores se mantienen en contacto por si hace falta en un momento
dado la presencia del que está descansando para actuar en una
emergencia.
La alcaldesa guitiricense, Regina
Polín, reconoció ayer que no era un buen momento del año para quedarse
sin ese personal. Por su parte, Balseiro arremetió ayer contra alcaldes
del PSOE -los de Sarria, Monterroso y A Pontenova- y del BNG -el de
Ribadeo- , pues los acusó de actuar con «descoñecemento» y de sembrar
«alarma e incerteza» al haber cuestionado la continuidad del servicio.