Utilizando sólo una caja de luz, arena, una excelente atmósfera
musical, además de toda su sensibilidad y talento. Kseniya escenificó la historia de la invasión y ocupación de Ucrania por los alemanes
durante la Segunda Guerra Mundial, expresando con intensidad el dolor,
devastación y anhelos vividos por el pueblo ucraniano; la frase final
de su actuación es contundente y significa: siempre cerca.