Más de doscientas personas asistieron a la comida y al baile organizados por el Ayuntamiento el fin de semana.
«Nos últimos anos xa se viña facendo e para non romper coa tradición decidimos volver a organizar esta festa, que é unha especie de homenaxe ás persoas maiores do noso concello». Así definía el alcalde de A Pontenova, Darío Campos, el día de fiesta que tuvo lugar el pasado sábado. Por lo visto durante la jornada, la tradición debe perdurar muchos años más, porque el éxito fue absoluto.br />
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Doscientas diez personas asistieron a la comida servida en el local de sociedades de A Pontenova. Hubo tiempo para el recuentro de amigos que no se ven en todo el año, para recordar historias, para comer y, como colofón, para bailar. Los jubilados pontenoveses hicieron gala de un buen humor y de unas ganas de pasarlo bien que sorprendieron a más de un miembro de la corporación municipal: «Coñezo moitos rapaces novos con bastante menos ánimo», señalaba el regidor de A Pontenova.
De ahí la numerosa afluencia, a pesar de que los asistentes tuvieron que acercarse por sus medios: «Non houbo problema, porque unhos trouxeron ós outros, pero quizáis para o próximo ano pensemos de poñer unhos autobuses, para facilitar máis as cousas», apuntó Darío Campos.
El menú servido fue copioso y, sin duda, de un día de fiesta: pinchos, callos, ternera asada, postres, bebida, licores y café. Más de uno se preguntaba por el colesterol. Pero ya se sabe, un día es un día.
