viernes, 20 de julio de 2012

Conto das "polavilas" por Ramón do Roxo

Empezamos estas seccion con un relato que nos viene de Ramón do Roxo:
"Este apartado ojalá  tenga aceptación y muchos de los vecinos se animen a contar lo que escucharon de pequeños.
Las “polavilas “ mejores, eran, por lo menos en mi casa, (Casa do Roxo, Piegalvo), las que se hacían en invierno para desgranar las mazorcas de maíz. En la bodega y como no arrimados a la lumbre de la " lareira ", mientras se cocían los nabos en un pote de hierro colgado de una garmalleira . ¡ Dios¡, cuantos momentos de felicidad encierran estos recuerdos.
Normalmente eran los mas viejos los que comenzaban los cuentos, mas bien anécdotas del año que habían calado en  la cotidianidad de los días. Las buenas o malas cosechas, de las mallas alguna que otra falta a un palleiro mal terminado, los calores de verano que afectaba mas a unas parejas que otras, los que empezaban romance y los que lo acababan, bien por su gusto o por mandato de los mayores. Había de todo, y todo era interesante,  se hacían grandes silencios solo rotos por las carcajadas al finalizar el relato.
Entre muchos que recuerdo voy a contar el de la construcción del puente que unía a Villameá y Santalla, subiendo por la Portela, y ubicado en la central hidroeléctrica del Riotorto. Parece ser el alcalde convocó al vecindario y prometió que al final de la obra, (si se acababa en el plazo previsto) el pondría buen vino tinto para todos hasta que se hartaran. El alcalde era un famoso almacenista vinatero de Villaodrid, y al final  de la obra todos esperaban llegar el camión con la cuba llena de vino de su almacén  y! sorpresa ¡ llegó la cuba en un carro,  pero vacía.
La gente empezó a protestar y el alcalde mando callar, metió la cuba en la central y con la ayuda de unos cuantos de su cuerda la llenó de agua del Río Riotorto, (anda que no era mala esa agua) y con la destreza de un buen enólogo y unos cuantos sobres de polvos mágicos convirtió, la transparente agua en un maravilloso y tinto vino (dicen muy rico por cierto). Al final alguno tropezó y terminó en el cauce del origen del vino, pero hubo fiesta hasta la madrugada, y como no anécdotas para contar en la polavila. 

El nombre del Alcalde y los que se cayeron del puente recién hecho no lo voy a desvelar, pero los  de mi edad podrán dar fé  que fue verdad  y se convirtió en una comentada noticia."
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