En A Pontenova solo hay dos aldeas deshabitadas, las de Insua y
Panturreira.
La comarca tiene actualmente 143 aldeas sin habitar, según
datos del Instituto Nacional de Estadística. Esta es una cifra muy alta
si se tiene en cuenta el número de habitantes de A Mariña y, además, hay
que añadir que hay 232 más en riesgo de desaparición, lo que quiere
decir que en cada una de ellas reside solo uno o dos habitantes.
En toda Galicia hay 1.408 núcleos con estas características,
representando las de la comarca el 9,94%. Esto se traduce en que A
Mariña sufre mayor despoblación que el resto de la autonomía, una
situación similar a la del conjunto Lugo, que tiene 611 localidades sin
un solo vecino. La provincia lucense es también la que presenta una peor
situación de las cuatro.
Iago Casal / El Progreso (A Mariña)
Respecto a la comarca, con mucha diferencia el concello que
cuenta con más aldeas abandonadas es Ourol, con un total 44. La mayoría
de ellas se encuentra en el área limítrofe con Viveiro, ya que este
municipio es el segundo de la lista con 33 núcleos despoblados. Entres
estos dos concellos suman más núcleos sin habitantes que el resto de la
comarca, de forma que la parte occidental se ve más afectada por la
despoblación, como también se constata con los 14 casos de O Vicedo.
En el resto de municipios de A Mariña las cifras son mucho más
bajas, salvo una excepción, O Valadouro, que registra 16 núcleos. Su
concello vecino de Alfoz tan solo tiene dos casos de aldeas abandonadas,
las de As Campelas y A Rúa. En Foz hay otros dos, O Castro y Trasmonte,
y en Xove tres: San Salvador, Pazos, y A Rocha. Cervo cuenta con cinco
núcleos sin vecinos, los de Lagas, Aquela Banda, Madanela, Nogueira y
Louza; mientras Mondoñedo solo registra dos, Pacio y Vilar.
La zona oriental es la menos afectada de toda A Mariña. Trabada
es el que registra más casos, nueve, correspondientes a Lavandeira,
Veiga, Foxos, Río Trabada, Granxa, Pontigal, Choza, Pe da Viña y
Vilachá. En A Pontenova solo hay dos aldeas deshabitadas, las de Insua y
Panturreira, mientras en Ribadeo el número se eleva hasta siete: Ponte,
Capela, Pousadoiro, Silveira, Liñeiro, Río de Ramos y Granxa.
Solo hay dos concellos mariñanos que no tienen núcleos
despoblados, que son Burela y Riotorto. En el primer caso la explicación
es sencilla, ya que el concello burelés conforma una única localidad.
Más sorprendentes son los datos de Riotorto, pese a su poca población; y
los de Lourenzá, con un solo caso, el de San Fiz.
Peligro
Si la comarca cuenta con un elevado número de aldeas
abandonadas, todavía es más preocupante el conjunto de las que cuentan
con dos vecinos como máximo, que son un total de 225. En toda Galicia
hay cerca de 2.000 núcleos poblaciones en esta circunstancia, por lo que
nuevamente la situación de A Mariña es peor que la del resto de la
autonomía.
Ourol el concello con más aldeas en peligro de desaparición,
52, y a continuación se sitúan Viveiro y O Valadouro, con 42 casos cada
uno. Un número significativo también tienen Trabada (27) O Vicedo (21) y
Alfoz (19). El resto de concellos ya reflejan cifras menores: Ribadeo
(8), Mondoñedo (6), Lourenzá (5), A Pontenova (5), Barreiros (1), Cervo
(1), Foz (1) y Xove (1).
MONDOÑEDO Un ejemplo de cómo volver a dar vida a un pueblo |
El hecho de que un pueblo o una aldea esté sin
habitantes no significa que no se puedan hacer cosas para dar la vuelta a
la situación. Eso mismo es lo que está haciendo el Concello de
Mondoñedo con Vilar, un núcleo que ahora mismo está deshabitado, pero
del que hay el objetivo de convertirlo en una referencia del turismo
rural. Se trata de un enclave privilegiado, ya que está situado al lado
del Camiño de Santiago y enfrente a las Covas do Rei Cintolo, y a tan
solo cinco kilómetros de la zona urbana de Mondoñedo. Trabajos Pese a las dificultades que supone levantar una aldea casi de cero, respetando además su formación tradicional, la idea es seguir trabajando. Está previsto que se levanten cuatro casas en las que se están acondicionando cinco viviendas. En todo momento se respetó la estructura de cada inmueble y se emplearon materiales tradicionales. El objetivo es relanzar la zona por su valor natural. |
«Nós apostamos pola calidade de vida como reclamo»
Federico Gutiérrez Estoa / Alcalde de Riotorto
Riotorto es el único concello mariñano, junto a Burela, que no
cuenta con ninguna localidad sin habitar. Pese a ser un municipio
pequeño, Riotorto sí cuenta con bastantes núcleos de población, por lo
que son los propios vecinos los que han decidido quedarse.
«Esto é un sitio pequeno, pero o certo é que hai moitos lugares
onde hai pouca xente, pero que non están despoboados. En Riotorto debe
haber como unhas 30 o 40 aldeas», señala el alcalde Federico Gutiérrez
Estoa.
Una de las claves para que Riotorto evitase la despoblación
está en la calidad de vida que atesora el municipio mariñano.
«Basicamente o que fixemos foi ir dotando de servizos ás zonas rurais,
de forma que incrementamos a calidade de vida neses lugares. Esa é a
nosa proposta, ó igual que estamos facendo agora co tema do oficio dos
ferreiros», explicó Gutiérrez Estoa.
Se da la peculiaridad, además, de que Riotorto ha logrado este
hazaña sin contar con ningún solo establecimiento de turismo rural, lo
que siempre ayuda a dinamizar una zona, que es lo que ocurre con el
resto de concellos mariñanos, en los que este tipo de turismo ha servido
como fuente de ingresos y, además, como una forma de asentar población
en zonas con pocos habitantes.
«No pudimos impulsar la zona por la deuda acumulada»
Marcial Sanjurjo / Alcalde de Ourol
El concello de Ourol cuenta con una gran extensión de terreno y
un gran número de pequeñas aldeas, por lo que no es de extrañar que sea
el municipio mariñano con más núcleos deshabitados.
El regidor local, Marcial Sanjurjo, tenía en mente varios
proyectos con el objetivo de evitar la despoblación y, a la vez, atraer a
nuevos vecinos hasta Ourol. «Lo que pasa es que cuando llegamos al
gobierno nos encontramos con una deuda importante que nos impidió y nos
impide llevar a cabo estos proyectos. A esto, además, hay que sumarle la
crisis económica, que no ayuda en absoluto», indicó Marcial Sanjurjo.
En lugar de ello el Concello ha trabajado para «mantener los
puestos de trabajo y a aumentar en la medida de lo posible los servicios
disponibles», señaló el alcalde.
Ourol llegó a tener unos 6.000 habitantes, pero actualmente
tiene poco más de 2.000. Sin embargo desde los años 90 el concello
apenas ha perdido unos 900 habitantes «por lo que lo de la despoblación
ya viene de hace muchos años atrás», indicó Sanjurjo. El alcalde confía
en que cuando finalice la crisis económica haya familias que decidan
regresar a Ourol. «Nos gustaría poder mantener nuestro afán de
crecimiento», explicó el alcalde.