Unas pocas parroquias de varios municipios de la provincia
necesitan que se les abastezca agua con cisternas, pero en general el
problema aún no es grave. La situación la siguiente:
Norte: Viveiro restringe el agua de las fuentes
En A Mariña, el abastecimiento de agua no corre peligro, pero
podría haber restricciones en un futuro si continúa sin llover. Donde ya
se ha empezado a actuar es en Viveiro, donde los vecinos de Landrove
decidieron restringir el agua de las fuentes por la mañana, para
racionar así la traída del Monte Castelo.
En la zona central, la situación parece ser un poco mejor,
aunque el embalse de Rúa, que abastece a Burela, está a niveles más
bajos que en otros años. En Foz el gran caudal del río Ouro hace que
apenas haya preocupación. En la parte oriental, los únicos problemas se
registran en las localidades bañadas por el río Eo, ya que está bajando
muy seco, pero esperan que haya lluvias antes de la celebración de la
Festa da Troita de A Pontenova en abril. En Ribadeo no fue necesario
regar más porque la tierra ha recibido más agua que en otras zonas de
Galicia.
El Progreso
Centro: Abastecimiento extra en A Chaira y ahorro en Lugo
La prolongada sequía también hace mella en la comarca chairega,
donde algunos concellos han tenido que adoptar medidas preventivas.
Así, la agrupación de Protección Civil de Vilalba abastece de agua «de
forma esporádica e cunha frecuencia irregular» a dos vecinos de la
parroquia de Gondaisque y otro de Román, según indicó el responsable de
la agrupación vilalbesa, Pepe Franco, quien insistió en la puntualidad
de esta actuaciones. Las reservas hídricas acumuladas en el pantano de
San Juan, en Guitiriz, son más que suficientes para cubrir las
necesidades existentes. En Castro de Rei, la captación de Quintela
tampoco muestra síntomas de escasez de agua. En Cospeito, la fuente de
Sistallo «está máis baixa que en agosto», mientras el gobierno de Pol
habilitó en su captación de Lea una bomba auxiliar.
En Lugo, el Concello pretende reducir el baldeo de las calles y
reducir el riego de los jardines, y ya tiene un plan para atender a las
parroquias que pudieran quedarse sin suministro.
En Monterroso, la captación se realiza en el mismo nacimiento
del río Ulla, por lo que su alcalde considera que «tería que ser moi
forte a seca». Además, disponen del antiguo sistema de bombeo de agua
directamente desde el cauce del Ulla, que puede usarse en caso de
urgencia.
Algo semejante ocurre en Palas de Rei. La villa dispone de dos
vías de abastecimiento, una que bombea desde el cauce del Roxán y otra,
de carácter auxiliar, instalada en las orillas del Pambre.
Portomarín es uno de los municipios de Lugo más castigados. El
Miño transcurre por el concello con apenas una fina lengua de agua. La
cola del embalse de Belesar no recupera caudal, pese a que Gas Natural
intenta desde hace dos meses llenarlo, tras su vaciado para realizar
unas obras de ampliación de su central eléctrica. El embalse está al
33,44% de su capacidad, cuando el año pasado alcanzaba por estas fechas
el 63,21%. La parroquia más poblada de Portomarín, Recelle, con 300
vecinos, acusa desde hace semanas problemas de abastecimiento tras la
sequía de tres pozos de más de 100 metros de profundidad cada una.
En la montaña, en A Fonsagrada está siendo necesario reforzar
el llenado de los depósitos con cisternas. Los regatos que lo abastecían
son insuficientes. En Becerreá se lleva agua hasta la parroquia de
Cancelada.
Sur: Sin problemas en Sarria y Monforte, de momento
Sarria no baraja restringir el consumo. Por su parte, vecinos
de algunas parroquias de Láncara apuntaron que sí pueden tener
complicaciones a corto plazo. Es el caso de Viládiga, donde un vecino
afirmó que están «administrando» el agua ante el temor de que continúe
sin llover. En un caso similar se encuentran los núcleos de Lamartín y
Vilaceite, en Samos, en el que existen un gran número de granjas y los
pozos no son suficientes. En Paradela varios pozos pertenecientes a
explotaciones ganaderas secaron, por lo que el Concello ya tuvo que
transportar agua a una granja con la carroceta.
Los regantes del Val de Lemos temen que el bajo nivel del
embalse de Vilasouto, del que se nutren y que actualmente solo está al
31% de su capacidad, les impida utilizar toda el agua que necesitan en
verano para regar praderíos y plantaciones. El abastecimiento humano en
las principales localidades de la Ribeira Sacra está garantizado a medio
plazo, según los alcaldes consultados, si bien temen un mal uso del
agua, como utilizarla para regar pequeños huertos domésticos, algo que
ya ocurrió otros años en los que hubo una prolongada sequía y que causó
más de un problema, sobre todo en Monforte.