18/10/2011 - C.U. /Delegaciones /El Progreso (Lugo)
Las consecuencias de la falta de lluvia empiezan a ser muy serias en la provincia de Lugo, donde la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) ha declarado ayer el nivel de prealerta en los 18 concellos de su demarcación. La sequía ha llegado incluso al entorno de la capital. Ganaderos de varias parroquias del municipio tienen problemas para abastecer sus explotaciones y los bomberos llevan agua al centro social de Calde desde hace unos quince días.
En la vieja escuela se ofrecen varios servicios, desde peluquería hasta comida, que estos días se realizan con dificultad. «Por sorte, agora mesmo só vén comer unha persoa. Para cociñar e fregar déixanos auga un veciño e, para as cisternas dos baños tráennola os bombeiros», explica Fina Romay, trabajadora del centro.
Al igual que en el resto de la provincia, el agua está dejando de manar en muchas fuentes y pozos, un problema que se vuelve mucho más grave para los vecinos que tienen ganado. Una vaca puede consumir al día hasta 80 litros, un elemento que es imprescindible igualmente para mantener las condiciones higiénico-sanitarias de las instalaciones de ordeño y para lavar los establos.
La mayoría de los ganaderos suelen tener más de una fuente de abastecimiento y van tirando, pero otros están viviendo situaciones críticas. Trinidad Méndez, vecina de la parroquia de Teixeiro, estuvo dando de beber a unas treinta vacas con cubos durante diez días, y gracias a la generosidad de un vecino que tiene pozo de barrena, después de que el suyo se quedara prácticamente sin agua. La solución fue hacer otro, una obra que le costó unos 4.000 euros -hubo que profundizar 85 metros- y que no tenía previsto acometer este año. «É un mal ano porque a seca empezou pronto e recolleuse pouco forraxe e pouca herba seca, polo que hai que comprar, e por riba, agora este gasto», lamentaba ayer Trinidad.
En varios núcleos de la parroquia de Pedreda, la escasez de agua es un problema casi constante durante todo el año. Ayer, los vecinos expusieron el problema al alcalde, José López Orozco, y el edil de zona rural, Manuel Chaín, que se comprometieron a presentarles, en tres semanas, un proyecto para dotar de traída municipal a los núcleos de Cimadevila y Astrar. «Temos que ver se a levamos dende Castelo ou dende A Campiña e despois buscar como financiala, a través dun convenio coa Xunta», explicó el alcalde.
La prolongada ausencia de lluvia llevó a la Confederación Hidrográfica a declarar la prealerta en las cuencas de Lugo (ríos Navia y Eo, fundamentalmente), Asturias y Cantabria. Por lo que respecta a Lugo, afecta a los concellos de A Fonsagrada, A Pastoriza, A Pontenova, As Nogais, Baleira, Becerreá, Cervantes, Láncara, Lourenzá, Meira, Mondoñedo, Navia, Negueira de Muñiz, Pedrafita, Pol, Ribadeo, Ribeira de Piquín, Riotorto y Trabada.
El resto de la provincia pertenece a la Confederación del Miño-Sil, que de momento no ha tomado ninguna medida.
Medidas de prealerta
La Confederación del Cantábrico informó a la Xunta, la Diputación de Lugo y los concellos afectados sobre la necesidad de moderar el consumo de agua, para garantizar el caudal ecológico de los ríos, y de reforzar los controles de calidad, dado que esta puede descender.
Además, cualquier bombeo o captación de emergencia tiene que ser autorizada por la Confederación.
A Mariña
La sequía se deja notar en toda la provincia. En A Pontenova, los vecinos cuentan que hace unos 40 años que el río Eo no va tan bajo. El nivel está en este momento en unos 20 centímetros, cuando lo habitual es que esté como menos medio metro por encima. Con todo, el suministro está garantizado, según el Concello. «Agora mesmo hai 500.000 litros de auga nun depósito local e outros tantos, noutro, útiles en caso de que fallen as traídas que chegan a algunhas aldeas», dice.
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