Son menos que en el 2009, aunque hay expertos que consideran el dato engañoso

Un caso llamativo lo supone Ribadeo, donde el número de denuncias en el cuartel de la Guardia Civil se ha reducido de forma notoria, al pasar de 28 a tres en lo que va de año. En otros ayuntamientos, como Trabada, Xove, Valadouro y Ourol, no se ha presentado ninguna denuncia este año, mientras que en Mondoñedo, Pontenova y Cervo se contabilizan una.
Estas cifras facilitadas por la Subdelegación del Gobierno pueden reflejar una realidad parcial, incompleta y, en consecuencia, engañosa. En ello insisten precisamente desde Ribadeo, el municipio donde porcentualmente más han bajado las denuncias en el cuartel de la Guardia Civil.
En el año 2008 se aprobaba en Ribadeo el Protocolo local de prevención, detección e atención ás mulleres vítimas de violencia de xénero. La comisión que lo redacto, integrantes por miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, la policía municipal, el centro de salud, los diversos centros educativos (cada uno con un representante) y personal del Centro de Información ás Mulleres de Ribadeo decidió seguir reuniéndose periódicamente para valorar la violencia de género en el municipio. Esta semana lo hizo y como conclusión se lanzó un mensaje de preocupación por la «crecente normalización» de la violencia entre los jóvenes, que cada vez más recurren a la violencia para resolver conflictos.
Y añaden que si bien se constata que hay menos denuncias, el dato induce a engaño: «Este descenso non é real en canto ao número de casos detectados polos diferentes servizos. Hai mulleres que seguen a sufrir violencia coa negativa a recoñecer a situación na que se atopan, e hai outras que deciden pór fin a esa situación sen interpor denuncia».
Falsos mitos
¿Por qué no se denuncian todos los casos de agresiones a las mujeres? Desde la comisión interinstitucional ribadense apuntan varios factores o causas. Por ejemplo, hablan de la falta de expectativas ante el fracaso de las leyes de protección integral contra la violencia de género; de la consolidación de «mitos falsos», como el de las denuncias falsas de mujeres para obtener ventajas en los procesos de divorcio, y de la relajación de los sectores implicados en la lucha contra la violencia de género, que no mejoran su formación para ser más eficaces.
Fuente: La Voz de Galicia
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