
Por otra parte, el IGN dispone de tres acelerógrafos en la provincia, en concreto en Becerreá (640 metros), Lugo (466) y Sarria (490). Estes aparatos registran la aceleración del terreno en función del tiempo y recoge las características del movimiento del terreno en el lugar donde está instalado el aparato. Estos aparatos muestran la magnitud, pero los técnicos del IGN valoran también la intensidad. Por ejemplo, un terremoto de intensidad tres fue sentido por varias personas, provocando temblores en lámparas, ventas y objetos, pero sin llegar a tirarlos. Pasa a ser de intensidad cuatro cuando aumenta el número de personas que informan haber sentido el seísmo. Cuando causan daños ya se habla de terremotos de intensidad cinco o superior.
En Lugo, históricamente, se tienen catalogados seísmos de intensidad cuatro en 1804 y 1911 y cinco, en 1844, 1888 (en Viveiro) y 1904 (en Cubeiro).
Fuente: La Voz de Galicia
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