El barrio pontenovés
de Santa Apolonia, en la
parroquia de Vilameá, es de los
pocos que están creciendo en la
localidad, donde al menos tres
pueblos están ya deshabitados.
El fin de semana celebró sus patronales,
que lograron reunir a
150 personas gracias, entre otras
cosas, a la venta de tarjetas para el
convite que organizó la comisión
de los festejos en el local de las asociaciones.
Estos vecinos creen que
este sistema, con el que logran
atraer al pueblo a un buen número
de amigos y familiares que
emigraron a otras zonas, puede
servir para preservar las tradicio-
nes sobre todo en los pueblos que
van quedándose sin habitantes.
«A venta destas tarxetas para
asistir á comida e ó baile, por tan
só 23 euros, permite conservar
este costume e é un xeito inmellorable
de xuntar ás familias, sobre
todo a esa xente que xa non vive na
Pontenova, porque por exemplo
cada familia de aquí trae e merca
invitacións para os seus invitados,
o que vai sumando xente que volve
ó lugar», como señaló una de las
integrantes de la comisión organizadora
de los festejos Orlinda Lavandeira,
para quien este método
sería muy útil para otros pueblos
casi despoblados de la zona, que
ya no pueden recaudar fondos
para organizar sus fiestas porque
no hay quien ponga dinero para
llevarlas a cabo.
La idea, que ya va por su tercera
edición, surge curiosamente de
un barrio que creció en el municipio
en los últimos veinte años,
como señaló Lavandeira, quien
precisó que «hai 20 anos había
menos xente que agora, xa que
agora somos máis dunha vintena
de veciños en Santa Apolonia».
DATOS . Precisamente, este tipo
de ideas que se podrían hacer extensibles
a otros lugares, surgen
en un momento en que no dejan
de aparecer datos relacionados con
la despoblación que afecta fundamentalmente
al medio rural en
toda la geografía española.
Así, el Instituto Nacional de Estadística
señala que de los 876 núcleos
de población que se han quedado
sin habitantes en los últimos
15 años, el 56% está en Galicia y el
18% en la vecina Asturias.
Además, Lugo es la provincia
más afectada por estas cifras, ya
que uno de cada cuatro núcleos
deshabitados en los últimos tres
lustros era lucense y precisamente
frenar este proceso es uno de los
retos que se marca la Diputación.
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