Contando el del sábado, durante las últimas semanas ha habido al menos tres accidentes en las orillas del Eo, aunque los dos anteriores fueron en el mismo lugar, el Pozo da Ola. Es otro tramo de la N-640, también antes de entrar en A Pontenova, pero en la carretera que procede de Lugo. Al igual que con el coche que continúa desaparecido en el río, la suerte también sonrió a los dos ocupantes de los dos otros.
El
pasado 21 de octubre, un conductor que iba desde Ourense en dirección a
Gijón, perdió el control de su vehículo, se fue contra la acera y acabó
derribando parcialmente una barandilla metálica que había sido
respuesta el día anterior. Con un gráfico «volvín a nacer», él mismo
admitía que la fortuna se había aliado con él porque, sin baranda, pudo
acabar precipitándose al río, en una zona de peñascos.
La
barandilla había sido sustituida porque el pasado 16 de septiembre,
unos diez metros más atrás, otro coche perdió el control, colisionó
contra la acera y la atravesó, hasta acabar clavado en una terraza,
justo encima del río. La escena que recogió Carlos Gavino de ese
percance sorprendió a todos los que vieron la fotografía publicada en
estas mismas páginas. Solo por fortuna el vehículo no acabó en el Eo.
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