La fortuna parece haberse vuelto a aliar con implicados en otro accidente automovilístico en el entorno del río Eo. Suerte han tenido dos ciudadanos de origen marroquí y residentes en A Pontenova que circulaban en un coche que se salió de la carretera, se fue por una pendiente, cruzó entre dos árboles y acabó en el cauce fluvial. Lograron salir por su propio pie y fueron atendidos en el centro de salud de Meira, de donde fueron trasladados al hospital de Lugo. Del vehículo no se ha vuelto a saber nada más: desapareció y al cierre de esta edición aún no había sido localizado.
No
ha sido posible averiguar las identidades de los dos usuarios, aunque
las diferentes fuentes consultadas coincidieron en que rondan los
cuarenta años, son originarios de Marruecos y trabajan en el sector
forestal. Aparentemente no presentaban lesiones de gravedad cuando
lograron del salir del río, aunque se quejaban del intenso frío.
Probablemente
no olvidarán el pasado sábado. Por la carretera que procede de Ribadeo,
se dirigían hacia A Pontenova, a bordo de un coche marca Seat Córdoba
con matrícula M-4656-VI, explicaron fuentes oficiales consultadas.
Rondaban las nueve y media de la noche cuando, a la altura del
kilómetro 31,5 de la N-642, en una zona conocida como Veiga de Prado,
el vehículo se salió de la calzada por el margen contrario al que
circulaban, continuó avanzando por un prado con una suave pendiente y,
poco antes de llegar al río, cruzó entre dos árboles de pequeña
envergadura, rozando con ellos hasta el punto de dejar en la orilla un
espejo retrovisor.
El accidente no pasó
desapercibido para otros automovilistas que en la desapacible noche del
sábado circulaban por esa carretera. Ellos fueron los primeros en
encontrarse a los ocupantes del vehículo, mojados y ateridos de frío.
Una ambulancia los recogió, los trasladó al centro de salud más cercano
y, de allí, al hospital de Lugo. Además del 061 y de Protección Civil
de A Pontenova, al lugar también acudió la Guardia Civil de Tráfico.
Podría estar hundido en Ouruz
La
salida de vía sucedió en un tramo nuevo de la N-640, cercano a la villa
pontenovesa. Quienes conocen la zona y vieron las marcas que dejó el
coche en el prado y en la maleza, calculan que pudieron atravesar unos
diez metros de prado y precipitarse desde una altura de unos seis
metros. Debido a las lluvias, el Eo bajaba caudaloso, con fuerza, en
una zona de pesca de salmón donde el nivel del agua podría alcanzar los
tres metros de altura.
Rastreos realizados
por Protección Civil de A Pontenova no permitieron localizar al
automóvil, por lo cual se presume que fue arrastrado por la corriente.
Como posibilidad, se baraja que pueda haber acabado río abajo, a unos
cientos de metros del lugar del percance, en una zona profunda conocida
como Pozo de Ouruz. Pero de momento nadie lo ha visto, al menos según
las numerosas fuentes oficiales y vecinales consultadas.
Esté
donde esté, de lo que anoche parecía no haber dudas es de que el
vehículo continuaba en el fondo del Eo, del que tendrá que ser retirado
para evitar que pueda contaminar el río.
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