La tercera prueba del Campeonato Gallego de Todo Terreno, que concluye hoy en Riotorto, generó curiosidad y expectación entre los vecinos. Los favoritos cumplieron. Ayer fue un día atípico en A Pontenova. Desde primera hora de la mañana por sus calles circularon un puñado de vehículos 4x4 perfectamente equipados para la competición. No era extraño ver en las márgenes del Eo a decenas de vecinos contemplando el desfile de los coches desplazados hasta allí para competir en la tercera manga del Campeonato Gallego de Todo Terreno.
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El ruido de los motores generó desconcierto desde antes de las 9.30 horas, cuando comenzó la prueba de orientación que discurrió por distintos puntos del municipio. Los favoritos se comportaron como tal y cumplieron con los pronósticos. Tampoco defraudaron por la tarde en las especiales de conducción, en las que los pilotos examinaron su pericia al volante y que se celebraron en el lugar de Cova, un zona montañosa localizada entre A Pontenova y la localidad asturiana de San Tirso de Abres. Los espectadores allí congregados presenciaron fascinados las acrobacias de los vehículos y se quedaron con ganas de más. La jornada remató a las 21 horas con el tradicional breefing , el encuentro que mantienen los pilotos con los responsables del campeonato para recibir indicaciones sobre la segunda etapa de la prueba, que se celebra hoy en Riotorto.
El Campeonato Gallego de Todo Terreno se disputa desde el 2004 y consta de varias pruebas. Los vehículos han de ser obligatoriamente de menos de 3.500 kilos y estar ocupados por dos personas: piloto y navegante. Existen dos categorías: T1, en la que no existe límite de preparación para el coche; y T2, en la que los vehículos deben respetar las dimensiones originales. Todos los participantes deben poseer la licencia de la Federación Gallego de Automovilismo.
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