Las gestiones para tratar de desbloquear las obras pendientes de la primera fase del polígono industrial de A Pontenova, concluirlas y licitar la segunda han sido trastocadas en un punto que podría resultar definitivo. Así lo reconoció ayer el alcalde, Darío Campos, tras tener noticia de que los vecinos con terrenos en Goios que habían denunciado a Política Territorial por la modificación de la calificación del terreno -pasándola de rústica a superficie apta para suelo industrial- han ganado el contencioso.
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«Según se di no fallo faltaba un informe da Comisión Superior de Urbanismo; o conselleiro non era competente para aprobar as normas subsidiarias, xa que tiña que ser o Consello da Xunta, e por enriba de todo elo era solo rústico, derivado da concentración parcelaria, e non pasaran os anos suficientes para cambialo», manifestó Darío Campos.
Campos expresó su frustración: «Levamos moito tempo traballando, e confiaba en chegar a un acordo. Ata agora o único que se preocupou por resolver este asunto foi o governo municipal e xa é hora de que Xestur faga algo. Agora ímos mirar cos técnicos cal é a nova situación, pero penso que estamos igual que ao principio».
Tras varias negociaciones con los vecinos denunciantes, el Concello remitió a Xestur las premisas para hacer el nuevo proyecto de urbanización. La idea era prolongar la calle San Briz hasta el nudo viario del acceso al núcleo de Goios, de modo que quedasen 6.088 metros cuadrados de superficie industrial, con parcelas de fondo de 44 metros. Los terrenos, para tratar de llegar a un acuerdo con los demandantes, se habían tasado en 30 euros el metro cuadrado, por lo que se había estipulado la inversión en obtenerlos en 253.350 euros. Además, se planteaban crear nuevos viales, espacios libres y equipamientos, que Xestur tiene pendiente desde que inició el polígono, por valor de 386.160 euros. Campos confiaba en que con este proyecto los vecinos retirasen el contencioso, pero el fallo ha llegado antes de lo que pensaba el gobierno local.
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