«Me encuentro bien, acabo de descubrir que fuera de la política hay vida, incluso mejor. Noto el cambio para bien», confiesa Enrique Fernández, alcalde de A Pontenova durante 24 años. Fue diputado provincial -16 años- y vicepresidente de la Diputación de Lugo, en dos mandatos; además de vicepresidente ejecutivo de la Federación Galega de Municipios e Provincias.
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Desde que abandonó la vida pública, al perder las elecciones, dedica su tiempo a la familia, la tertulia con amigos y la lectura. «He descubierto que la política no hace enemigos... Cuando la dejas te das cuenta de que hay cosas más importantes, que con aquellos a quienes creías amigos a lo mejor resulta que no había tanta sintonía y sin embargo otros con los que discrepabas, después responden de fábula», destaca el ex regidor.
«La mayoría de la gente conocida -resalta Fernández- te saluda con afecto y con cariño, lo que hace que te reafirmes enque no lo habías hecho tan mal». También ha sufrido decepciones. Ahora suena «mucho menos» el teléfono, «pero las llamadas son más realistas, de gente que de verdad se interesa por ti», abunda. Por encima de todo, en esta nueva etapa, este profesor jubilado de 73 años, que llegó a la política de forma casual, presume de amistades, de ideologías diversas. «Es la afición más grande», afirma. Para evitar disputas, en sus reuniones periódicas manda una premisa, no se habla ni de política ni de fútbol. Él, no obstante, continúa pendiente de la actualidad mariñana.VOLVER
