martes, 25 de noviembre de 2008

"EL PEQUEÑO ESCOLAR"


El único periódico escolar infantil de la comarca
mariñana que los responsables
del Mupega hallaron hasta el
momento, en el período comprendido
entre 1900 y hasta la Guerra
Civil, es ‘El Pequeño Escolar’, cuyo
primer número data de 1935.
Niños de 6 a 14 años plasmaban
en él sus vivencias, desde una
vecina de A Pontenova, Arsenia
Puente, que decía extrañar «la
campana de las minas» que hacía
dos años no repicaba «porque la
empresa suspendió los trabajos»,

hasta la bienvenida de otro alumno,
Ángel García a «Don Francisco
Fernández Rocha, que llegó procedente
de La Habana y figura en
el libro de bienhechores de nuestra
escuela».

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El Museo Pedagóxico
elogia la restauración
de escuelas de indianos
▶ La comarca aportó al centro compostelano
mobiliario escolar del siglo XIX y de principios
del XX, incluido un reloj de pie de 1855
▶ Atesora también el único periódico infantil
mariñano, una publicación que se imprimió
en las tipografías del Eo en el año 1935
La comarca de A Mariña
supone «un referente para el
resto de Galicia por su ejemplar labor
de conservación y restauración
de las viejas escuelas de indianos»,
como señaló ayer el asesor técnico
del Museo Pedagóxico de Galicia
(Mupega), Xosé Lois Moar. Esta
institución, creada en 2004 para
recuperar y promover el patrimonio
gallego de interés en materia
de educación, siendo la primera
entidad de estas características en
todo el territorio nacional, cuenta
entre sus fondos con «una importante
aportación del área mariñana
», principalmente de mobiliario
escolar de los siglos XIX y XX.
En sus instalaciones, situadas
en la calle San Lázaro de Compostela,
por donde pasa el Camino de
Santiago, exponen, entre otros
objetos donados por centros y particulares
de la comarca, «un reloj
de pie de 1855 que estaba en el colegio
de Galdo, de Viveiro, aunque
ésa es la fecha de fabricación del
mueble en el que se asienta, pero
los expertos indican que la pieza
de relojería es bastante anterior »,
como describe Moar, así como «un
mapario de los años 50, elaborado
sobre páginas de madera por un
alumno de la escuela de Trabada,
cuando era profesor Celso Currás,
padre del ex conselleiro».
Pero para el Mupega la principal
aportación de la comarca es
que supone un ejemplo en la conservación
de escuelas de indianos.
«Queremos mentalizar a los ayuntamientos
para que las protejan
porque es un legado de nuestros
antepasados que tuvieron por
desgracia que emigrar pero que
luego, con gran esfuerzo, quisieron
enviar fondos a sus lugares
de origen para modernizarlos,
en muchos casos, construyendo
escuelas», consideró Moar, quien
asegura que «precisamente A Mariña
fue la zona que más recibió
aportaciones de indianos junto a
la de Ferrol Terra».
Buena muestra de ese patrimonio
promovido por los emigrantes,
sobre todo desde Cuba, son,
como describe Moar, «el Círculo
Habanero de A Devesa, la escuela
agraria ‘Pedro Murias’, ambas
muy bien conservadas, la escuela
de San Román de Vilaestrofe en
Cervo, que tras sufrir un incendio
se terminó de reparar hace poco
tiempo, el actual Museo do Mar
en San Ciprián que fue escuela habanera,
como lo fueron muchas
en Viveiro, como la de Chavín, o
en Ourol, la de Merille, o la de San
Adriano en Lourenzá, así como la
de Burela, que ahora se aprovecha
como centro para la ayuda a los
drogodependientes».
‘EL PE QUEÑO ES COL AR’. El único
periódico escolar infantil de la comarca
mariñana que los responsables
del Mupega hallaron hasta el
momento, en el período comprendido
entre 1900 y hasta la Guerra
Civil, es ‘El Pequeño Escolar’, cuyo
primer número data de 1935.
De él se editaron 11 ejemplares
en la tipografía de ‘Las Riberas del
Eo’, de Ribadeo. Según los historiadores
locales, su origen se debe
a las ideas de la Escuela Nueva que
llegan a España a comienzos del
siglo XX y que, concretamente a
la comarca llegan de la mano de
Gregorio Sanz, en el año 1921.
Este maestro formado en la Institución
Libre de Enseñanza aportó
a las escuelas públicas del antiguo
Partido Judicial de Ribadeo, compuesto
por los ayuntamientos de
Ribadeo, A Pontenova, Vilaoudriz,
Barreiros y Trabada, ideas renovadoras,
como esta experiencia de
comunicar a estudiantes, distantes
entre sí, a través de una publicación
quincenal.
Niños de 6 a 14 años plasmaban
en él sus vivencias, desde una
vecina de A Pontenova, Arsenia
Puente, que decía extrañar «la
campana de las minas» que hacía
dos años no repicaba «porque la
empresa suspendió los trabajos»,
hasta la bienvenida de otro alumno,
Ángel García a «Don Francisco
Fernández Rocha, que llegó procedente
de La Habana y figura en
el libro de bienhechores de nuestra
escuela». De hecho, el asesor
técnico del museo confirma que
«en ese primer tercio del siglo XX,
influyeron mucho las escuelas de
emigrantes, más en un municipio
como Ribadeo que tenía muchas
en su zona, incluyendo un local en
Rinlo, subvencionado por gentes
de alén do mar».
Las anécdotas que aparecen
en periódicos como ‘El Pequeño
Escolar’, suscitan el interés y las
visitas de un gran número de docentes,
investigadores, alumnos
y también de personas mayores
que acuden al centro para recordar
parte de este pasado, no sólo
a través de estas publicaciones,
sino de todo tipo de recuerdos
relacionados de entre los 50.000
objetos expuestos. «En la época de
la Segunda República en la que se
crea el periódico mariñano se le
dio un impulso notorio a la enseñanza,
cuidando mucho la figura
del maestro y estos vínculos entre
los escolares, que aprendían así
cómo funcionaban los medios de
comunicación», señala Moar.
Una de las últimas visitas recibidas
en el centro durante este
mes fue la de «una comitiva de expertos
en educación de países de la
Unión Europea, que participó en
un encuentro que tuvo lugar en
Burela, organizado por este Ayuntamiento
mariñano», concretó el
museista.

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