El colectivo, que agrupa a asociaciones y
ayuntamientos de diez localidades, afirma
que antes medía 82 kilómetros y ahora 61
Reclama que en el estudio de impacto
ambiental se tenga en cuenta que parte del
recorrido está en la reserva de la biosfera
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El colectivo ‘Camín
Grande’, que agrupa a asociaciones
y ayuntamientos de los doce
municipios afectados por el recorrido
de la línea de alta tensión
Boimente-Pesoz, asegura que el
proyecto sometido a información
pública en primera instancia es
diferente del que se quiere ejecutar
en realidad, pues explica que
mientras el primero constaba de
una longitud de 82 kilómetros,
el que está ahora sobre la mesa
tiene sólo 61 kilómetros. Por eso
se preguntan «donde están los 21
kilómetros que faltan». Para el colectivo,
es una prueba irrefutable
de que «se trata de otro proyecto
distinto al primero».
Según los miembros de ‘Camín
Grande’, éste es uno de los fallos
que consideran más graves del
proyecto de la línea de alta tensión,
que en principio recorrerá,
en A Mariña, territorios más o
menos extensos de los municipios
de Viveiro, Ourol, O Valadouro,
Lourenzá, Foz, Alfoz, Barreiros y
A Pontenova.
Otro problema que le ven al trazado
que se sometió a información
pública es que cuando se redactó,
no había sido declarada la reserva
de la biosfera Oscos-Eo. Ahora, la
línea de alta tensión atraviesa por
lo tanto un territorio protegido
medioambientalmente y por ello
entienden que deben imponerse
una serie de restricciones a este
tipo de infraestructuras.
APO YOS . Para tratar de hacer
frente a Red Eléctrica y Begasa,
‘Camín Grande’ contrató a cuatro
equipos de abogados, dos ubicados
en Asturias y dos en Galicia,
además de un equipo de técnicos
especialistas en medio ambiente
que se ocuparon en su momento
de redactar las alegaciones presentadas,
que fueron unas 1.400.
En dichas alegaciones se pide
claramente una explicación pública
de «por qué se cambió el
proyecto en 21 kilómetros, pero
queremos también que se recojan
en el estudio los valores de patrimonio
cultural porque el impacto
sobre ellos no se toca para nada,
como tampoco el impacto sobre
la reserva de la biosfera».
Otras peticiones que se hacen
en las alegaciones son que se contemple
«el posible riesgo de las
radiaciones electromagnéticas.
Hay una recomendación de la
OMS, para evitar que estas líneas
estén cerca de asentamientos de
población, aunque es cierto que
ningún estudio oficial confirma
la relación entre las enfermedades
y la cercanía de una línea de
alta tensión». Recuerdan que hay
«bastantes casas a menos de 300
metros en todo el recorrido de la
línea».
Actualmente el proceso se encuentra
en el análisis de las alegaciones.
Se contemplarán las
emitidas en primera instancia,
pero también las 1.400 presentadas
este verano.
Esperan que el
Gobierno rectifique y
haga otro proyecto
Gobierno
a través de los ministerios de
Medio Ambiente e Industria acabe
por rectificar el proyecto. Indica que
«primero lo analizará el Ministerio
de Medio Ambiente que esperamos
que repase los errores e ilegalidades
del expediente y no se otorgue la
autorización administrativa, lo que
ya de por sí impediría hacer la obra
y obligaría a redactar un nuevo
estudio». Después de ese trámite,
le tocará el turno al Ministerio de
Industria «que concede la autorización
definitiva al proyecto, y
esperamos que éste vea que hay
errores de bulto y por lo tanto sólo
quepa devolver el expediente a Red
Eléctrica para que haga un nuevo
proyecto. También puede ser que se
hagan cambios superficiales, pero
si no se tienen en cuenta nuestras
alegaciones, iremos a un contencioso-
administrativo.
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