Fuente: La Voz de Asturias |
Tierra de peregrinos, refugio para pescadores, entorno biosaludable. Así es San Tirso de Abres, un pequeño concejo situado en la zona más occidental de la región que se beneficia por la compañía del río EO a lo largo de todo el territorio. Sin duda, el EO es marca distintiva el paisaje y la morfología del lugar. Su asombroso valle fluvial protegido por los frondosos bosques convierten al concejo asturiano en un cuento fantástico.
El río, conocido por atraer a los capturadores de salmones, truchas y reos, resalta por contener aguas cristalinas sobre un fondo de pizarra en el que resuena el cantar de las especies animales. Este paisaje recibe el nombre de la perla del EO. Se puede acceder a él a través del paseo fluvial de El Llano, cuya área recreativa permite disfrutar de la apacible vida de un pueblo chispeante, cuyas labores de conservación del patrimonio -no puede dejar de visitar las capillas de San Juan, San Isidro, Santa Apolonia y la iglesia de San Salvador- le valieron el galardón de Pueblo Ejemplar de Asturias en 2011.
A lo largo de los siglos, miles de peregrinos del camino primitivo han podido apreciar la belleza del lugar. Pero también lo puede hacer de manera esporádica, ya que allí donde transcurría un tren minero hacia distintos destinos de Europa, hoy hay rutas ideales para disfrutar de un día natural.
Y llega entonces el momento de la ruta en el que Galicia y Asturias se juntan sobre el arroyo de O Cairo, una frontera natural. Aquí termina la parte asturiana de la ruta pero puede optar por continuar seis kilómetros más hasta llegar al pueblo de A Pontenova, en Lugo. Se trata de una ruta lineal que, entre ida y vuelta, suma 14 kilómetros y aproximadamente 4 horas de duración.
Pero también hay otra opción de senderismo que le permitirá disfrutar de la vía verde, a la par que descubre otros paisajes. Se trata de la ruta de los Peñeiros, que está estrechamente conectada con la del Ferrocarril. Para realizarla debe empezar en la capital de San Tirso de Abres (El Llano) y tomar dirección hacia San Andrés. En cuanto se tope con el Peto de Ánimas del Pazarelo se iniciará oficialmente la ruta, que transcurre a orillas del río. Este sendero fluvial facilita la visión de toda la flora silvestre que se encuentra en la zona, como alisos, sauces y fresnos, así como contemplar el salto de las truchas y salmones a contrarcorriente.
El camino continúa hacia San Andrés, zona de explotaciones agrícolas y ganaderas gracias a la fertilidad del valle. El final se encuentra cuando divise la Ermita de Prado. A partir de aquí la ruta se convierte en territorio gallego. La ventaja es que, una vez haya llegado al final, puede optar por volver por la misma ruta o animarse a adentrarse en la ruta del Ferrocarril y así disfrutar de dos opciones llenas de naturaleza.