martes, 9 de enero de 2018

Historia de las minas de Villaodrid (7). Los buenos años: las ventas de mineral desde 1903 a 1908 por Gabriel Ramallal

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Historia de las minas de Villaodrid (7). Los buenos años: las ventas de mineral desde 1903 a 1908 por Gabriel Ramallal

Salvo rarísimas excepciones, dos envíos a España y uno a Francia que, en total, sumaron 2.994 toneladas, todas las ventas de la SMV tuvieron como destino las siderurgias de Gran Bretaña y Alemania, entonces las dos mayores potencias industriales del mundo después de Estados Unidos que ya se había colocado en primer lugar.

Los puertos de destino del mineral y los clientes más importantes fueron (tabla 7.1):

  Rotterdam ya era en 1900 el tercer puerto de Europa en movimiento de mercancías después de Londres y Hamburgo. Todo el tráfico de mineral de hierro que llegaba al puerto se cargaba en las grandes barcazas que, subiendo por el Rin, llevaban el mineral hasta las acerías alemanas de la Renania y de Westphalia. Ardrossan y Grangemouth eran puertos muy cercanos a Glasgow, sede de grandes siderurgias y de uno de los mayores astilleros del mundo de barcos de acero. Swansea, muy cercano a Cardiff era uno de los puertos por donde salía gran parte del excelente carbón inglés que, por entonces, exportaba la enorme cantidad de 14 millones de toneladas anuales, de ellas aproximadamente un millón con destino a España.
Salvo en el caso de la acería alemana Gewerkschaft Deutscher Kaiser, la SMV vendía a intermediarios conocedores del mercado del hierro que negociaban tanto los precios de compra a los mineros como los de venta a las acerías, contrataban los barcos, acordaban los fletes, etc. En el caso de Villaodrid los precios del mineral se fijaban valor FAS (A.1) y los compradores le pagaban a la SMV un chelín adicional por tonelada para cubrir los costes de estiba, impuestos en aduanas – el mineral de hierro con destino a Europa pagaba 0,70 pesetas por tonelada en la aduana española – factura del práctico del puerto, etc. Además si la SMV adelantaba algún dinero al capitán para aprovisionamientos, cordaje, alimentos, etc.  luego se lo repercutía en la factura al cliente. Casi todos estos clientes tenían oficinas o representantes en Bilbao, debido al liderazgo del mineral de hierro de las Encartaciones en las exportaciones españolas, salvo la sociedad Heinz y Correa que tenía las oficinas en Santander.
Como ya había comentado en entregas anteriores el precio del mineral se fijaba en chelines, incluso en las ventas a Alemania, y estaba referido a una ley del 50 % del mineral, por lo tanto el precio en pesetas de las ventas dependía, además del precio acordado, de la cotización de la libra y de la ley del mineral vendido. En los cuadros que aparecen a continuación se muestran, para cada uno de los años y tanto para el mineral rubio como para el calcinado, las toneladas vendidas, el precio en chelines y peniques, la cotización de la libra, la ley media y, finalmente, la equivalencia en pesetas por tonelada (tablas 7.2 y 7.3):

En primer lugar se observa el gran porcentaje que corresponde al mineral rubio, el 76,6 % de todas las ventas; en los primeros años casi todo el mineral corresponde a las minas Vieiro y Luisa, las de mejor calidad, además, como el coste del laboreo del mineral rubio era dos terceras partes del coste del calcinado, lógicamente, la SMV estaba interesada en arrancar todo el rubio posible (A.2) y dejar el calcinado para más tarde.
El precio del mineral tiene una enorme subida en el año 1907, sobre todo en el rubio; en parte se explica como compensación del desplome de la libra. Gran Bretaña tenía una fuerte dependencia del mineral español (ver entrega 1) y los mineros españoles presionaron para subir el precio del mineral. Esta subida apenas perduró, porque los excepcionales rendimientos del negocio atrajeron a nuevos países y nuevos yacimientos al comercio del mineral de hierro. Ciñéndonos al caso de España la producción nacional de mineral de hierro aumentó desde los ocho millones de toneladas anuales del periodo 1901 a 1904 hasta los nueve millones y medio de los años 1905 a 1908. Otro aspecto a considerar es el hecho de que Escocia a partir de 1908 abandona la compra de mineral carbonato; la explicación que hacen llegar a la SMV es que ese mineral dañaba sus tuberías de recuperación de gases; esto explica el desplome en las ventas de ese tipo de mineral del año 1908.
En lo que se refiere a la ley del mineral en este periodo de seis años se mantiene en el entorno de un 45 % que, en comparación con el buen hierro de Vizcaya, era una pobre ley pero que para el caso de Villaodrid en los años siguientes de 1909 a 1914 fue un objetivo a alcanzar.
Voy a presentar la cuenta de resultados de esos años de una manera atípica, pensando que podría ser de interés para los vecinos de las riberas del Eo conocer la parte de los excedentes de la SMV que se quedaba en la comarca. A estos efectos el cuadro que aparece a continuación muestra los siguientes epígrafes (todos los valores, salvo Tm, en pesetas):
Las toneladas vendidas
El valor de las ventas que incluye, además del valor FAS, el chelín por la carga del mineral y la repercusión por los adelantos concedidos a los capitanes de los barcos
El coste de los suministros, gastos diversos (A.3) etc. Los suministros más importantes eran el carbón que se compraba en Asturias y la dinamita a una empresa del País Vasco. También se efectuaban muy a menudo pequeñas compras que se pagaban a fin de mes, donde figura una docena de comerciantes, creo que en su mayoría de Ribadeo y de Vegadeo.
Amortizaciones. En aquellos tiempos las amortizaciones no se hacían sistemáticamente, el Consejo de Administración decidía las cantidades que se destinaban a este concepto, que luego eran refrendadas por la Junta General de Accionistas
Intereses. La SMV había concertado en 1902 un préstamo importante con el Banco de Bilbao (A-4) y posteriormente, en 1906 y 1911, acude al mercado de capitales emitiendo obligaciones por importe de 2.000.000 de pesetas cada una de ellas
Sueldos. Incluyen tanto los que pagaba la SMV como los que abonaba la concesionaria Garmendía y Ontañón. La inmensa mayoría de esos sueldos se quedaba en la comarca del Eo, ya que la oficina de Bilbao tenía sólo las nóminas del gerente de la SMV, la de Martín Gaytán y la de cuatro empleados más.
Impuestos. Las sociedades mineras pagaban hasta 12 clases de tributos, entre los de extracción de mineral, los del transporte ferroviario, los de carga en buque, los impuestos sobre determinados sueldos, los de capital que gravaban los dividendos y el timbre sobre acciones y obligaciones.
Los dividendos y las retribuciones al Consejo de Administración (A-5).
Finalmente, el remanente después de atender todos los anteriores epígrafes (tabla 7.4).

  De cada 100 pesetas vendidas, 28 se destinaban a sueldos, 9 pesetas a impuestos y algo más de 7,00 a dividendos. Se puede ver que en los tres primeros años apenas se dotan amortizaciones, destinándose cantidades importantes a reservas a efectos de reforzar el patrimonio de la empresa. En 1906 aprovechando un año excepcional se dotan unas fortísimas amortizaciones para compensar los años anteriores, además se toma de las reservas la cantidad de 367.000 pesetas para poder pagar el primer dividendo. Es posible que el Banco de Bilbao hubiese establecido una cautela impidiendo el reparto de dividendos en tanto no se le pagase el préstamo concedido a la SMV. En 1906 se emiten obligaciones por importe de 2.000.000 de pesetas y se paga el préstamo otorgado por el banco.

Aclaraciones a la entrega 7 de la Historia de las Minas de Villaodrid.

Uno. Los INCOTERMS son acrónimos usados en el comercio internacional. Los más corrientes son el FOB “free on board” cargado en el buque y CIF “cost, insurance and freight” cargado en barco, seguro y flete hasta destino. El FAS “free alongside ship” significa que el precio está fijado con la mercancía puesta al lado del buque, antes de la carga.
Dos. En el contrato de arranque se especificaba  que el laboreo de cada mina se ajustaría a las instrucciones del director ingeniero de las minas.
Tres. Entre los gastos diversos hay muchas referencias al hotel que, en Ribadeo, regentaba doña Celsa Barcia y  era el hospedaje habitual de los directivos de la SMV cuando venían desde Bilbao. He indagado algo pero no he podido confirmar mi sospecha de que ese hotelito es la actual casa rural La Casona de Lazúrtegui en la villa de Ribadeo.
Cuatro. En el año 1902 la SMV acude al Banco de Bilbao en busca de financiación porque sus inversiones en el ferrocarril y el cargadero de Puerto Estrecho ya habían terminado con la tesorería generada por la suscripción y desembolso de las acciones de la sociedad. Se acuerda un préstamo de 1.500.000 pesetas a un interés del 5 % anual pero el banco exige avales a la sociedad ya que no tenía aún activos operativos que ofrecer como garantía. La SMV ofrece a sus accionistas un premio de un 5 % anual sobre el monto del préstamo concedido a cambio de que estos avalasen la financiación ante el Banco de Bilbao. Esto explica los fuertes intereses que la SMV paga en los años 1904, 1905 y 1906. Con la emisión de obligaciones de 1906 se cancela el préstamo al banco y cesa también el pago a los accionistas garantes.
Cinco. Los estatutos de la Sociedad Minera de Villaodrid reconocían, en concepto de honorarios al Consejo de Administración, un 5 % de los dividendos repartidos.
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