Como consecuencia de la agresión, José Carlos Fernández sufre una fractura doble en su mandíbula.
«Non quería facerlle dano», dice el juvenil del Foz sancionado
Fuente: La Voz de Galicia
El Comité de Competición de la delegación lucense de la Federación Galega de Fútbol ha sancionado con dos años al juvenil del Club Deportivo Foz Abel López Fernández, que el pasado domingo agredió y le rompió la mandíbula a José Carlos Fernández, futbolista del Sporting Pontenova, durante un encuentro del grupo séptimo de la Segunda Autonómica sénior. Asimismo, el futbolista focense también tendrá que abonar una multa de 384 euros.
El órgano federativo ha resuelto de esta forma al amparo del artículo 108, juzgando una acción en la que se "agrede a otro con inequívoco propósito de causar daño y originando daño o lesión de especial gravedad", reza el acuerdo de un comité que desestimó las alegaciones presentadas por el Club Deportivo Foz, dado que en el propio escrito "se reconoce que el autor del puñetazo fue el jugador" mencionado.
El jugador juvenil del CD Foz protagonista del desagradable incidente vivido el pasado domingo en el Martínez Otero niega los hechos por los que fue castigado con dos años de suspensión. El joven Abel L.F., de 16 años, atribuye a una acción fortuita e involuntaria la fractura en la mandíbula que sufrió el futbolista de A Pontenova José Carlos Fernández, que le defendía en el saque de esquina que estaba a punto de botar el conjunto focense con el partido casi terminado. «Eu estaba de lateral e o adestrador díxome que fora rematar (...) Un xogador do Pontenova cubriume, estabamos forcexeando, sentín un golpe na cabeza, xireime co brazo levantado e co codo dinlle na mandíbula. Foi sen querer, non quería facerlle dano», cuenta.
El colegiado del encuentro le mostró la cartulina roja, reflejó en el acta que la lesión del jugador pontenovés había sido como consecuencia de un puñetazo y el comité de competición le impuso una dura sanción a Abel L.F., que lleva «dende neno» vinculado al CD Foz y que nunca se había visto en una situación parecida. «É a primeira vez que me expulsan. Eu o que quero é desfrutar do fútbol», asegura el canterano rojiblanco, quien sobre el terreno de juego se confesó autor del golpe disipando así las dudas del colegiado. «O árbitro preguntou, eu estaba asustado e nervoso depois da acción, por iso lle dixen que lle dera eu, pero non quixo escoitar as miñas explicacións», relata.
En principio, deberán pasar dos años antes de que Abel F.L. vuelva a vestirse de corto para disputar un partido oficial. El castigo le parece desmedido, si bien su disgusto atiende a más razones que esta. «A sanción é esaxerada, pero é o que menos me preocupa. Estou mal psicoloxicamente, e meus pais aínda peor ca min», explica. Y añade: «Lamento moitísimo o que lle pasou ao xogador do Pontenova e dende aquí pídolle disculpas». Le hubiera gustado disculparse personalmente, pero le faltan fuerzas. «De momento non me vexo en condicións para falar con el», lamenta.
Por su parte, el jugador lesionado ya está en casa y el lunes deberá volver al hospital coruñés Teresa Herrera para que los médicos examinen la evolución de su fractura en la mandíbula y decidan si precisa intervención.
