Seis de cada cien habitantes de A Mariña proceden del extranjero. De las 76.192 personas que conforman el censo de los 15 municipios de la comarca, 4.580 son inmigrantes. Los portugueses representan el grupo más nutrido, con 658 empadronados y presencia en casi todos los concellos. En la zona residen 493 rumanos (solo en Viveiro son 230; en A Pontenova, 45; y en Ourol, 29, los mismos que en Alfoz); y 491 caboverdianos (421 asentados en Burela).
Marruecos, con 425 ciudadanos (142 en Foz, 66 en Lourenzá y 52 en Mondoñedo) y Brasil, con 423 (126 en Ribadeo, 115 en Foz, 62 en Viveiro y Burela, y 41 en Barreiros), copan el cuarto y el quinto puestos. La comunidad indonesia, una de las que más ha crecido en la última década por la demanda de mano de obra en el sector pesquero, se eleva ya a 357, afincados en Viveiro (172) y Burela (138), donde se encuentran los principales puertos. Algo similar ocurre con los peruanos, 333, la mayoría residentes en Burela (197) y Viveiro (97). De los 288 dominicanos, 209 viven en Viveiro y los 175 colombianos se reparten entre Viveiro (66), Burela (51), Ribadeo (27) y Foz (25).
Las trabas impuestas por la Administración a los reagrupamientos familiares, consecuencia de la crisis económica y el aumento del paro, han frenado la llegada de extranjeros a la comarca. «No quieren que vengan si no hay empleo porque suponen un coste para el Estado, por la sanidad y la educación», indica Rebeca Rivera, educadora social en la Casa do Emigrante, en Viveiro. Y constata problemas para renovar el permiso de residencia ya que exigen «un contrato o cobrar la prestación del paro». «Estamos tramitando casos ?por búsqueda activa de trabajo?, pero sabes que hay posibilidades de que te lo denieguen y te quedes ilegal», alerta.
Sin contrato ni prestación por desempleo corren el riesgo de volverse «ilegales»
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