| José Manuel Rodil, ferreiro de Conforto, en la feria (Foto: I.G.) |
La quinta edición de la Feira de Artesanía e Antigüidades pontenovesa, que este año se celebró en diciembre, en lugar de en agosto, como era habitual, no sólo logró consolidarse, a pesar del cambio de fechas, sino que batió el récord de mayor afluencia existente hasta el momento, el de 2008, cuando hubo unas 5.000 visitas. La organización de la cita calculó que este año, el número de asistentes osciló entre «as 7.000 e as 8.000 persoas», si bien son estimaciones, puesto que no se venden entradas y muchos de los que acuden pueden ser los mismos que repiten en días sucesivos.
Así lo expuso el concejal del Concello de A Pontenova, carpintero, anticuario y organizador de la cita, Francisco Martínez, al puntualizar que «moitos repiten os tres días vindo porque é unha feira moi grande para vela dunha soa vez». Con todo, Martínez especificó que «os mil metros cadrados da carpa dos anticuarios estivo chea case sempre e sobre todo o domingo, cando chegou haber da orde de 500 persoas a primeira hora da tarde».
Expositores
Además, dada la premura con la que tuvo que organizarse en esta ocasión el evento para poder aprovechar una subvención provincial que de otro modo se hubiera perdido, no acudieron algunos de los habituales expositores, por lo que, en esta ocasión, «case a metade, viñan por primeira vez», como señaló Martínez, quien asegura que la afluencia de visitantes «convenceunos para seguir vindo, porque quedaron moi satisfeitos co evento». No en balde, a tan sólo quince días de la cita, el Concello tenía «unha lista de espera dunhas 16 persoas que querían vir expoñer», por lo que no descarta volver a celebrar el encuentro en diciembre.
| REPERCUSIÓN Cuatro hoteles completaron sus plazas y los bares se llenaron |
La atracción de la feria y el buen tiempo que acompañó la cita a lo largo del fin de semana, propiciaron, como señaló la organización, «un cheo nos hoteis, xa que os catro da vila completaron as prazas, mesmo un que ten 20 habitacións, apenas tivo unha libre cada día e iso para un pobo como o de A Pontenova é destacado». También la hostelería puede estar satisfecha, porque «restaurantes e bares tamén fixeron bo negocio», como precisaron los organizadores del evento.
Ventas
Aunque las mayores ganancias no superaron los 600 euros, cantidad a la que se vendió algún mueble antiguo de nogal, la crisis no afectó en demasía a las ventas y menos aún a las de productos de alimentación.
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