viernes, 18 de noviembre de 2011

Tres desaparecidos para un cadáver

Un palista que limpiaba un monte situado en la zona de trincheras de la antigua mina de Vilaoudriz (A Pontenova) se encontró ayer por la mañana con un cráneo humano. Alertadas las autoridades, poco después se trasladaba al lugar la Policía Judicial, así como efectivos de Protección Civil y Grumir de dicho municipio mariñano, para peinar la zona y tratar de encontrar el resto del cuerpo.
Imaginándose que el cráneo habría bajado rodando por la fuerte pendiente que hay en ese lugar, decidieron subir y se toparon con lo que quedaba del esqueleto a unos 30 metros de distancia. Estaba debajo de un árbol del cual colgaba una cuerda. Había también una bolsa con una navaja, una revista, una botella, una cartera con 10 céntimos e incluso, según explicaron, una cámara de fotos. También encontraron un pantalón azul oscuro, chaqueta de lana gorda color beis y jersey de un color azul verdoso.
Son datos facilitados por diversas personas que estuvieron en el lugar o que de alguna manera fueron informadas del hallazgo de este cadáver cuya identidad está por confirmar. Ayer, las autoridades judiciales ordenaron que el cuerpo se trasladase al Instituto de Medicina Legal de Galicia, en Lugo, para practicarle la autopsia. También se le harán las pruebas de ADN para saber si se trata de alguna de las personas que han desaparecido en A Pontenova en poco más de dos décadas y de las cuales nunca se supo su paradero. Dos de ellos faltan desde el 2005. Jesús Miranda Sequeiro tenía entonces 73 años de edad y vivía solo en Saldoira, un lugar que no dista mucho del sitio donde se encontró ayer el esqueleto. Toda esa zona la conocía bien porque se dedicaba a limpiar montes. El septuagenario fue visto por última vez a principios de abril de ese 2005. Medía 1,75, era delgado y tenía el pelo corto, rizado y canoso. Su familia denunció su desaparición cuando al acudir a su casa no lo encontraron y se enteraron de que llevaban varios días sin verlo por el lugar. No sabían lo que llevaba puesto. Por aquel entonces se buscó y rebuscó pero nadie consiguió encontrarlo.

Otra de las personas cuya pista se perdió fue la de Luis Juan Fernández Trigo, de 42 años de edad y vecino de la parroquia de San Esteban. Falta de su casa desde el 23 de mayo del 2005. Presentaba un proceso gripal y fiebre alta cuando se produjo su desaparición. Sus padres notaron su falta por la noche y empezaron a buscarlo, búsqueda en la que también participaron unos cien vecinos, Protección Civil, Guardia Civil e incluso perros de rastreo. No hubo resultados positivos entonces.
No solo son estos dos hombres los desaparecidos en A Pontenova. El entonces alcalde recordaba que en esa misma parroquia de San Estebo también desapareció unos quince años atrás otra persona de la cual nunca nada más se supo.
Son tres vías de investigación para comenzar a trabajar. Probablemente, los restos sean de alguno de los desaparecidos.
Desaparecieron tres personas en los últimos años; podría ser una
de ellas.
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