En el lado opuesto se ubican Emilio Lousas, alcalde de Alfoz, y Darío Campos, primer edil del Concello de A Pontenova que eligen los meses de septiembre y julio, respectivamente, para disfrutar de sus vacaciones. «A finales de junio y julio me tomé una semana para poder disfrutar de algunos días de descanso en el sur español», afirma Campos. Además, confiesa que durante el resto del año y en concreto en los meses de invierno, suele viajar una semana a Los Pirineos: «Me gusta esquiar». Lousas, por su parte, aunque reconoce ser un hombre de pocos viajes, suele elegir el final del verano, concretamente la llegada de septiembre, para poder gozar de días de ocio.
Mientras miles de turistas disfrutarán al final del
verano del paisaje, la gastronomía, las playas y otros recursos de A
Mariña, buena parte de los alcaldes que gobiernan la comarca no tuvieron
vacaciones en julio ni las tendrán en agosto. El presidente del
Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ya confirmó que este año no
disfrutará de vacaciones estivales, pero ¿qué razones obligan a los
mandatarios mariñanos a aplazar también sus días de ocio?
Los consultados por La Voz reconocen que las
obligaciones municipales aumentan en esta época del año, lo que les
impide dejar el sillón y el bastón de mando cuando sus concellos, en
algunos casos, duplican la población.
El regidor de Cervo, Alfonso Villares, reconoce que
lleva años sin disfrutar de vacaciones durante el verano. Confiesa que
tanto la alcaldía como la profesión de veterinario, que ejercía antes de
ser mandatario, son ocupaciones que exigen disponibilidad las 24 horas
del día. Además, reconoce que el trabajo aumenta con las actividades de
ocio proyectadas desde el Concello. Además de disfrutar de las playas
mariñanas solo tiene pensado disfrutar de vacaciones una semana en el
mes de septiembre para ver a la familia.
Jesús Novo, alcalde de O Vicedo, pasa todo el
verano en el municipio. «Non vou de vacacións e, como moito, collo uns
días en setembro para quedarme no Vicedo, non saio de aquí», explicó.
Dice que durante el verano aumentan las obligaciones del alcalde, que
debe atender trámites y recibir a más visitas. «O cargo require
dedicación e tempo», reconoce el mandatario que dedica sus horas de ocio
a pescar.
Después del ajetreado año que le ha tocado vivir al
frente del Concello de Burela, Alfredo Llano dedicará diez días, como
mucho doce en septiembre, a disfrutar de vacaciones con la familia y los
amigos. Normalmente reserva esas horas de ocio para viajar por España o
Portugal y alojarse en casas de turismo rural o en establecimientos
tranquilos. Cuando se le pregunta por las diferencias que encuentra
entre las vacaciones de cuando ejercía como profesor de ciclos
superiores de Electrónica en el IES Perdouro y la dedicación a la
alcaldía, Llano reconoce que «son dúas cousas moi diferentes, a alcaldía
esixe moita dedicación e estar disponible as 24 horas ao día». Y aún
cuando se marcha de vacaciones, el regidor debe atender cuestiones
puntuales, reconoce. Este año todavía no ha decidido el destino concreto
del lugar que le garantizará más descanso, aunque sí ha disfrutado
recientemente de las fiestas que se celebraron en el Monte Castelo.
José María García Rivera, regidor de Foz, municipio
que llega a triplicar su población durante los meses de verano, tampoco
abandona la localidad estos meses. «Non me vou de vacacións, teño que
estar ao frente do Concello porque temos moito follón coas festas do San
Lourenzo e con toda a programación de verán que deseñamos», argumenta.
«Antes marchaba despois das festas, pero agora collerei uns días en
setembro e outros en novembro», indica el regidor, quien prefiere no
avanzar adónde viajará, aunque tiene previsto no dejar España: «Durante o
verán é imposible marcharse durante estes meses».
José Manuel Yanes, alcalde de Trabada, confiesa que
no tiene previsto viajar en todo el año porque «las inundaciones
causadas por el mal tiempo hace dos meses requieren seguir siendo
gestionadas y seguir buscando los posibles recursos económicos que nos
puedan solventar todas las secuelas de esta tempestad». Además, reconoce
ser un amante de las fiestas patronales de Trabada que se celebran a
mediados de este mes. «La única salida que tengo prevista será en el mes
de octubre durante el reencuentro en Argentina», un viaje organizado
por los concellos de Alfoz, Xove, Trabada, Lourenzá y Barreiros.
La familia
La coordinación familiar sigue siendo un factor
importante a la hora de fijar los días y la duración de las vacaciones.
Dan buen ejemplo de ello los alcaldes de los concellos de Xove y de
Mondoñedo. Demetrio Salgueiro, regidor xovense, asegura que normalmente
no disfruta de las vacaciones estivales por motivos familiares. «Me veo
en la obligación de coordinar mi labor con la de mi mujer, por eso, este
año decidimos atrasar nuestro descanso para el mes de octubre»,
argumenta. El destino elegido para su reposo será el de las Islas
Canarias: «Prefiero asegurar el buen tiempo, sobre todo para que mi hijo
pueda disfrutar un poco más de la playa».
Orlando González, alcalde de Mondoñedo, es otro
ejemplo de vacaciones ordenadas según la disposición de la familia.
«Suelo adecuar mis días de descanso con los de mi familia y elegir
aquellos días puntuales a medida que vayan surgiendo». Confiesa que
aunque su destino selecto suele ser América del Sur, «mi mujer e hijos
son de Uruguay», este año disfrutó de quince días en Venecia durante el
mes de julio.
El verano y, más concretamente agosto, suele ser
una época del año dedicada al disfrute de fiestas. Qué mejor festejo
existe, pues, que el de celebrar el día del nacimiento. Este es el
motivo por el que Eulogio Fernández, primer edil de O Valadouro,
dedicará ocho o diez días de este mes a realizar una excursión por el
Báltico, visitando las ciudades más importantes del norte de Europa.
«Durante el resto del año no suelo gozar de días de descanso, solo en
verano», confiesa el mandatario.
En el lado opuesto se ubican Emilio Lousas, alcalde
de Alfoz, y Darío Campos, primer edil del Concello de A Pontenova que
eligen los meses de septiembre y julio, respectivamente, para disfrutar
de sus vacaciones. «A finales de junio y julio me tomé una semana para
poder disfrutar de algunos días de descanso en el sur español», afirma
Campos. Además, confiesa que durante el resto del año y en concreto en
los meses de invierno, suele viajar una semana a Los Pirineos: «Me gusta
esquiar». Lousas, por su parte, aunque reconoce ser un hombre de pocos
viajes, suele elegir el final del verano, concretamente la llegada de
septiembre, para poder gozar de días de ocio.
Otro concello mariñano que suele duplicar su
población en los meses de verano y sobre todo con el inicio de la última
quincena de julio y todo agosto, es Viveiro. Su alcalde, Melchor Roel,
confiesa que desde hace cuatro años él no puede disfrutar de unos días
de descanso: «Se chegara a dicir que levo máis de catro anos sen
vacacións a xente non o creería, pero é certo». Durante la conversación
recuerda alguna jornada de descanso en Vigo que le coincidió con
pequeñas escapadas durante días festivos. «Na época de vacacións gústame
viaxar a Montevideo», confiesa el regidor.