No es exagerado hablar de destrucción de la ganadería en A Mariña. De hecho, este sector solo tiene un verdadero peso en la economía de tres municipios de la comarca: Ribadeo, Barreiros y Trabada, donde según el censo del IGE del año 2008 había 3.515, 2.293 y 2.324 vacas respectivamente. En Mondoñedo había 825, en Lourenzá 712, en Foz 632, en A Pontenova 610, en O Valadouro 469 y en Alfoz 231.
Uno de los iconos de Galicia, las granjas de leche,
va camino de convertirse en una actividad y un modelo de vida en
peligro de extinción en A Mariña. El ingreso de España en la UE abocó a
la desaparición de centenares de pequeñas granjas que había por todos
los concellos de la costa de Lugo, las de ganaderos que tenían unas
pocas vacas, para autoconsumo de la leche que producían y para venderla a
sus vecinos. El sector experimentó una reconversión brutal con la
agrupación de explotaciones. A partir de entonces el goteo de granjas
que fueron cerrando se ha mantenido constante, llegando al extremo de
que hoy en día en varios concellos de A Mariña ya no hay ninguna de
estas explotaciones. Es el caso de Viveiro, Cervo, Burela, Xove y O
Vicedo.
En otros municipios, como Ourol, la presencia es
poco menos que testimonial. Según los datos del Instituto Galego de
Estadística (IGE), en el año 2008 en este municipio había 13 vacas de
leche. En O Vicedo aparecían 73, pero la última granja que había cerro
el año pasado. Así lo confirmó Antonio Villarino, responsable comarcal
del Sindicato Labrego Galego (SLG).
No es exagerado hablar de destrucción de la
ganadería en A Mariña. De hecho, este sector solo tiene un verdadero
peso en la economía de tres municipios de la comarca: Ribadeo, Barreiros
y Trabada, donde según el censo del IGE del año 2008 había 3.515, 2.293
y 2.324 vacas respectivamente. En Mondoñedo había 825, en Lourenzá 712,
en Foz 632, en A Pontenova 610, en O Valadouro 469 y en Alfoz 231.
Del año 2008 a la actualidad la constante del
cierre de granjas se ha mantenido, del orden de un 10 a un 15% anual,
según los datos que maneja el SLG.
En total, en A Mariña se contabilizan unas 11.000
vacas de producción de leche, de las cuales aproximadamente el 74% están
en Ribadeo, Barreiros y Trabada.
Vacas de carne
A ellas hay que unir las vacas de carne, de las que
el mayor número están en Mondoñedo (2.698), O Valadouro (2.078), Ourol
(1.308), Alfoz (1.169), Ribadeo (988), Viveiro (928), Xove (877), Foz
(718) y O Vicedo (624), según consta en el censo del año 2008 del IGE.
El último golpe, medio millón de euros perdido
Golpe tras golpe, el panorama que se presenta para
muchas granjas de A Mariña es poco boyante. El último ha sido la pérdida
de subvenciones de la Política Agraria Común (PAC), al no ser
considerados varios municipios de A Mariña zona desfavorecida o de
montaña. Es el caso de los ayuntamientos de Barreiros, Foz, Lourenzá,
Ribadeo y Trabada, que agrupan al grueso de las explotaciones y de las
vacas de leche de la comarca. En una estimación aproximada se calcula
que los ganaderos deberían haber recibido unos 50 euros por cada vaca,
con lo cual la pérdida para el sector rondaría el medio millón de euros,
en un cálculo prudente.
Así las cosas, otro de los grandes problemas es el
del relevo generacional. Las dificultades son tantas que muy pocos
parecen dispuestos a heredar el trabajo de sus padres al frente de una
granja.
«Hai un grave inconvinte, porque o panorama non
motiva a ninguén. Se non se cambian as cousas, de xeito que se poda
vivir da produción, vai ser moi difícil darlle a volta á situación,
reverter ese proceso de peche paulatino e constante de granxas», apuntó
ayer Antonio Villarino.
Hace unos meses el BNG divulgaba en una jornada de
trabajo en la cooperativa Os Irmandiños un dato que resultaba
esclarecedor: en los últimos diez años se han cerrado el 68% de las
explotaciones ganaderas de la costa de Lugo.
La leche de vaca ?según apuntó el Bloque? supone el
42,3% de la producción agraria de A Mariña y el 62% del valor de la
producción de la rama agraria. Hay menos granjas, es cierto, pero la
especialización es muy superior, algo obligado para adaptarse a las
exigencias del mercado. Lo acredita que la cuota láctea media se
multiplicó por cuatro en una década.