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En el caso del Grumir de A Pontenova ya no queda nadie desde esta semana.
Los Ayuntamientos han solicitado la renovación de las subvenciones, pero todavía no han recibido respuesta. Además, se teme que el cambio de gobierno en la Xunta pueda retrasar todavía más los trámites.
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«Quedarán os voluntarios de Protección Civil intentando tapar os furados». Así se pronunciaba ayer uno de los responsables de un Grupo Municipal de Intervención Rápida (Grumir) de A Mariña. El grueso del personal de estas agrupaciones, casi 80 personas, perderán sus puestos de trabajo en los próximos días. En su mayoría (Ribadeo, Burela, Viveiro y Mondoñedo) lo harán el próximo martes, el día 31. En el caso del Grumir de A Pontenova ya no queda nadie desde esta semana, mientras que en Cervo el grupo perderá a 12 integrantes el 10 de abril. Solo se mantendrán los jefes de equipo, tres en Cervo, en Burela y en Viveiro. En este caso, la Xunta subvenciona los sueldos durante un año y cuando finalizan los contrato son renovados por los ayuntamientos. Pero no ocurre lo mismo con el resto de personal de los Grumir. La Xunta los subvenciona durante nueve meses y cuando acaban su trabajo suele pasar uno o dos meses, algún año incluso más, hasta que los Ayuntamientos reciben las nuevas ayudas y sacan a concurso las plazas. En ese tiempo las emergencias que surgen son atendidas por los voluntarios de Protección Civil de cada ayuntamiento.
Con esta forma de cubrir el servicio se dan casos de personas que repiten durante años en estos puestos, si bien las subvenciones que se convocan para los Grumir se ofrecen plazas con una serie de requisitos preferentes, por ejemplo para parados de larga duración, jóvenes que buscan su primer empleo, etcétera.
Los Ayuntamientos han solicitado la renovación de las subvenciones, pero todavía no han recibido respuesta. Además, se teme que el cambio de gobierno en la Xunta pueda retrasar todavía más los trámites.
Los Grumir de Ribadeo y Mondoñedo los forman 12 personas, mientras que los de Cervo, Burela y Viveiro 12 operarios y tres jefes de equipo. También el de A Pontenova estaba constituido por 12 peones y tres jefes. Varios de los primeros finalizaron su trabajo la pasada semana y el resto lo harán a lo largo de la presente, mientras que los jefes ya concluyeron sus contratos el 28 de febrero sin que el Ayuntamiento los renovase.
Pendiente del pasado año quedó también la reestructuración de los Grumir. Inicialmente la Xunta, con el visto bueno de la Federación Galega de Municipios, planteó modificar el mapa en A Mariña, creando tres grupos nuevos, en Barreiros, Foz y O Valadouro y reduciendo de 84 a 75 el número de efectivos que operaban en la comarca. Este plan provocó controversia y finalmente se dejó sobre la mesa. Así se acordó mantener reuniones en noviembre, invitando a todas las partes implicadas, para hacer la reestructuración. Pero estas reuniones nunca llegaron a celebrarse. Será algo que, en todo caso, deberá abordar el nuevo gobierno de la Xunta.
A este panorama se suman las incógnitas que suscita la previsible apertura del parque de bomberos de Barreiros, con personal adscrito al mismo.
Lo que no cambiará será el uso de los equipos de excarcelación que tienen las agrupaciones de Protección Civil de Ribadeo y A Pontenova. Aunque desaparezcan eventualmente los Grumir seguirán, como siempre, en manos de voluntarios con la preparación necesaria para usarlos. El hecho de que los Grumir estén formados habitualmente por gente que es también voluntaria de Protección Civil propicia la confusión de roles.
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